El diario El Mundo utiliza Lagomar para hablar de "mansiones que perdieron los famosos"
El diario El Mundo ha utilizado este domingo el Lagomar para hablar de "mansiones que perdieron los famosos" en un reportaje que ha publicado en su sección de viviendas de lujo. Lo ha hecho además el prestigioso rotativo utilizando la figura del conocido actor egipcio Omar Sharif junto a otras figuras de reconocimiento mundial como el ex boxeador Mike Tyson o el también actor Nicholas Cage. A los tres les une supuestamente el haber perdido al menos una mansión por cuestiones de todo tipo. En el caso del inmueble lanzaroteño se utiliza el supuesto porque El Mundo describe perfectamente la historia de la espectacular vivienda del pueblo teguiseño de Nazaret, a mitad entre la leyenda y la realidad de lo que sucedió en un momento de notable esplendor en el inicio del turismo en la Isla.
El reportaje de El Mundo se inicia con la historia que se cuenta sobre que "cuando Omar Sharif aterrizó en Lanzarote en 1973 para rodar La isla misteriosa, una adaptación de las 20.000 leguas de viaje submarino a las órdenes de Juan Antonio Bardem, estaba más interesado en jugar al bridge que en actuar. Sharif interpretaba de rebote al Capitán Nemo-James Manson no pudo repetir el papel- en una coproducción entre España, Francia, Italia y Camerún que posteriormente se estrenaría tanto en formato serie y como en película, acumulando numerosos problemas entre el director y los productores. Ajeno a las disputas en torno a la novela de Julio Verne, el protagonista de Doctor Zhivago, seguía jugando a las cartas con pasión, no por nada era considerado uno de los diez mejores jugadores del mundo en los años 70. El actor egipcio era tratado a cuerpo de rey en la isla, siendo constantemente invitado a numerosos eventos y cenas. Una de ellas tuvo lugar una espectacular mansión edificada bajo el volcán Nazaret, en el interior de una antigua rofera -cantera de rofe y arena volcánica-, cuyas orgánicas formas moldeadas por la lava creaban un aire místico que recordaba poderosamente a Las mil y una noches. Sharif se enamoró del complejo al instante y según contaban los promotores - que lo eran también de otra villa conejera, Oasis de Nazaret- la compró esa misma noche. Es ahí cuando nace la leyenda. Porque tal compra se celebró con una partida de bridge -de la que existen documentos gráficos- en la que, al parecer, la tensión fue en aumento hasta tal punto que Sharif, poco acostumbrado a ir perdiendo, fue subiendo el nivel de las apuestas, no dudando en incluir en las rondas finales su flamante mansión. La misma que perdería minutos después. El vencedor fue su propio agente inmobiliario, quien sí que era un campeón de bridge homologado.Sea como fuere -otras fuentes señalan que todo fue un montaje del gobernador civil de la época para sacar rédito a la visita del actor-, lo cierto es que actualmente la mansión sigue abierta y rinde homenaje a la leyenda. Adquirida por la arquitecta uruguaya Beatriz van Hoff en los años 90 -sin partidas de cartas mediante-, en su interior construyó un bar y un restaurante con la ayuda del insigne César Manrique y Jesús Soto. El complejo, que ahora también alberga un museo, recibe el nombre de LagOmar. Y en su interior, entre la roca volcánica, el agua y la vegetación, destaca -cómo no- una foto de Omar Sharif... Jugando al bridge".