El restaurante SeBe y sus arroces, algo único que se puede disfrutar en cualquier rincón de Lanzarote
Poca gente puede tener la suerte de contar entre sus amigos con un cocinero del nivel de Santiago Benéitez. El hombre que desde hace años deslumbra al mundo parapetado tras los fogones del reconocido restaurante SeBe de Costa Teguise, es además de un maestro en lo que hace, cocinar como nadie, alguien de una generosidad enorme. Así, al enterarse de que su amigo Cristóbal Olivero, con quien tiene una fluida relación por la conexión de ambos con un producto único y cada vez más cotizado como son los carabineros de La Santa, tenía una comida con sus compañeros y algunos colaboradores de Crónicas Radio, no lo pensó y le obsequió con dos de los extraordinarios arroces que prepara cada semana.
Uno de ellos, como no podía ser de otro modo, con los carabineros que el propio Cristóbal le lleva cada día frescos de La Santa, recién cogidos de la mar atlántica que baña de forma brava las aguas de Lanzarote y La Graciosa, y la otra, con una carne de cerdo ibérico que habría puesto en un aprieto al más exigente de los comensales, a esos que intentan buscar fallos donde sólo existe perfección.
No se podía pedir más para un soleado día de viernes en una zona única de la Isla, una mimada finca de Las Quemadas, en el municipio norteño de Haría, con vistas a la costa que baña pueblos como Arrieta o Punta Mujeres. Hasta allí se desplazó parte del equipo de la radio local que presume de ser kilómetro cero de verdad, la radio local que cada día siguen miles y miles de lanzaroteños, los que han nacido aquí y los que se han sumado a la lista de personas que aman y defienden esta tierra por encima de cualquier cosa. Todos y cada uno de los que probaron el arroz dijeron lo mismo, o más bien no dijeron nada, se entregaron a disfrutarlo con algo de vino de la tierra y poco más, casi todos en silencio. Lo del ruido vino después.
Santiago Benéitez y su restaurante de Costa Teguise siguen cada día acumulando merecidos reconocimientos locales y nacionales. Eso no le ha desviado de su camino, el de seguir tratando el producto con cariño y destreza y el que te obliga a atender a la gente que acude a la zona del centro comercial La Mareta con la misma sencillez como lo hacía el primer día que abrió sus puertas. En este caso, una vez más, su generosidad y su talento lo ha compartido con su amigo Cristóbal y con el resto de personas de la radio, lo cual se debe agradecer como es debido, diciendo la verdad, que nadie hace los arroces como él, que son únicos. ¡Qué suerte tenerlos tan cerca!