Alberto Valenzuela se lamenta de que no existe interés por parte de los grupos lanzaroteños por ver en concierto a las otras bandas de la Isla

Sonidos de Sur

El cuarteto lanzaroteño publica su disco “Después de mí” con la esperanza de ir incrementando las 200 copias ya vendidas

No ha sido una revolucionaria técnica de marketing ni un conflicto de egos. El hecho de que sólo tres de los cuatro componentes de Sur aparezcan en la portada del disco se debe a una cuestión práctica. “En principio en el proyecto estábamos tres, hasta que pudimos conseguir a Julio para la batería y como la foto de portada la teníamos clara, la dejábamos tal y como estaba pero incluyéndole en el libreto del interior”, cuenta Alberto Valenzuela, voz y guitarra eléctrica del grupo.

Aunque Sur suena a nuevo, la mayor parte de los componentes de la banda ya tienen muchos años a sus espaldas en la aventura musical, como integrantes de otras formaciones. Dice Alberto que “la convivencia es difícil y a lo largo de los años la vida de las personas cambia; cambian sus trabajos e incluso se puede cambiar de residencia, lo que unido a que a veces se produce cierta desmotivación porque no salen las cosas hace que sea relativamente sencillo que haya discusiones”.

Además, hay que tener en cuenta que por regla general, los grupos suelen crearlos gente muy joven, que no tienen la oportunidad de estudiar una carrera en Lanzarote y que en ocasiones acaban marchándose fuera, dejando aparcados sus proyectos musicales. Alberto cuenta que “están los que quieren parar y los que quieren seguir, pero si realmente te interesa, acabas volviendo a tocar en tu casa o en una parranda”.

Este intercambio de componentes entre unas formaciones y otras deja clara las inquietudes musicales de muchos jóvenes de la Isla y las ganas que hay por hacer cosas. En este sentido, opina el cantante de Sur que “aunque ahora hay unos 37 ó 38 grupos en activo, no es como la oleada que tuvimos en el 89”. Reconoce que son muchas bandas y que “algunas ni llegan a tocar en público nunca pero se juntan, ensayan y 12 ó15 consiguen salir, como los que están actuando en el circuito de Rock”.

Piensa que “casi no hay lugar ni para un grupo en la Isla y si te das cuenta, ahora que se está haciendo el circuito de rock ni los de los grupos van a ver a sus compañeros y encima tampoco se les hace ninguna promoción”.

Se lamenta de la poca costumbre que hay de asistir a conciertos y “tiene que ser de grupos muy importantes aunque hace un año, aquí, que se supone que gusta la música comercial, hubo un concierto de Iguana Tango y La Caja de Pandora y acudieron 50 personas”.

Dice que “además, somos muy de modas y como Fito estaba de moda, se llenó pero ha venido mucha gente interesante y no ha ido nadie”.

Piensa que en península las cosas son distintas y recuerda que “yo estuve tocando con otra formación un martes, en el 97 a 1.200 pesetas la entrada y estaba lleno, y eso que nosotros no éramos conocidos”.

Becarios de la música

“Hay muchos grupos que van a debutar en los conciertos, así que si la gente no va a verlos no es por aburrimiento o por ser los mismos de siempre”, opina y se queja de que “no suele haber carteles por ningún lado”.

También le gustaría que a los grupos se les pagara, no grandes cantidades si no hay dinero, pero sí algo. “Para ayudar, porque aunque a un grupo le pagues 2.000 euros por concierto, te aseguro que no se van a llevar ni un euro al bolsillo porque ese dinero siempre se va a reinvertir”, dice y pone su ejemplo comentando que “yo he cobrado por conciertos que he dado en todos estos años y nunca he tenido 100 euros para mí”.

Es como si los músicos fueran los becarios “que trabajan gratis casi con el único objetivo de no perder dinero”. Asevera que “también es cierto que si un grupo toca 5 veces en Lanzarote se puede quemar porque es muy pequeño y no hay sitios para actuar”. Explica que “aunque nosotros sí que vayamos a salir a Las Palmas o Madrid, esto supone mucho dinero y hay que estar muy organizado”.

También reconoce que el hecho de que las formaciones musicales cambien tanto de componentes o reaparezcan con otro nombre perjudica la imagen de los grupos y “si va la gente a un concierto y al día siguiente ve al guitarra en otra banda, puede generar un poco de confusión ya que incluso hay veces que hay tres grupos y son básicamente las mismas personas”.

“Yo no invertiría mi dinero en un bar que ofreciera actuaciones en directo”, comenta Alberto que cuenta que “aunque ese sería mi sueño, que hubiera un bar teatro, ya ha habido personas que lo han intentado y no les ha ido bien como a los chicos de El Antro, que pidieron un préstamo para hacerlo y no les funcionó”. Cree que ahora mismo también hay otro local en la calle José Antonio que está haciendo lo mismo pero que “siempre ofrece las actuaciones de las mismas bandas”.

Después de mí

“Empezamos a tener la idea a finales de 2005 y comencé a escribir las canciones del disco y a grabar demos en el estudio de mi casa hasta que elegimos las diez canciones que iban a ir y después de pagar de nuestro bolsillo el disco, nos lanzamos y hemos tenido la suerte de conseguir una subvención de un concurso que nos ha ayudado a pagar las copias”, cuenta.

Y por cierto, dice que está intentando no coger nervios cuando le dicen que su voz se parece a la de Mikel Erentxun, aunque reconoce que “me han comentado que nos parecemos a El canto del Loco, Duncan Dhu y Pignoise”. Asevera que de las tres formaciones se siente más identificado con la banda de Dani Martín, aunque no tiene más remedio que ver similitudes entre su voz y la del donostiarra.

También comenta que aunque ya llevan más de 200 copias vendidas de “Después de mí” espera aumentar las ventas del cd, que tiene el módico precio de 10 euros y comenta orgulloso que la actual cantautora de moda, Conchita, sólo ha conseguido vender 40 en la Isla, así que “ha sido todo un logro”.