Los agentes especializados llegados de Madrid y los que se encuentran en Lanzarote estuvieron este sábado en la zona costera del municipio de Teguise, lugar donde se supone que Raúl Díaz tiró parte del cadáver de su esposa

La Guardia Civil busca los restos de Romina Celeste en Los Ancones y trata de reconstruir de nuevo los hechos con el sospechoso de su desaparición

La Guardia Civil ha estado este sábado por la tarde en la zona de Los Ancones, en Teguise, tratando de buscar parte de los restos de Romina Celeste Núñez, la mujer de origen paraguayo desaparecida el pasado 31 de diciembre en Costa Teguise, y tratando sobre todo de buscar pistas sobre lo que realmente ha podido ocurrir en un suceso que ha convulsionado a la sociedad lanzaroteña.

Pasaban las cuatro de la tarde cuando varios agentes de la Guardia Civil llegados de Madrid y agentes de la Guardia Civil de Lanzarote acudieron a la zona de Los Ancones en compañía de otras personas, entre las que se podría encontrar Raúl Díaz Cachón, el marido de Romina Celeste que actualmente se encuentra en la prisión de Tahíche acusado de ser el responsable de su desaparición.

Tanto la Guardia Civil como la jueza del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer de Arrecife han continuado a lo largo del último mes trabajando sobre un caso que no se puede resolver por dos motivos: primero, porque no aparecen los restos del cadáver que el sospechoso dice que arrojó al mar en diferentes puntos de la Isla; segundo, porque el detenido no confiesa la autoría de lo que se sospecha que fue un crimen y sigue insistiendo en que él se encontró a su mujer muerta en la bañera de la casa que compartían en la urbanización de El Palmeral.

De hecho, según ha podido saber este diario consultando distintas fuentes, durante la reconstrucción de lo relatado hasta ahora que se ha vuelto a hacer este sábado, tanto en el domicilio particular como en Los Ancones, el detenido se ha mantenido en la misma versión, versión que lógicamente sigue sin convencer a la jueza que le envió directamente a la cárcel de Tahíche, donde permanecerá hasta la celebración del juicio correspondiente a tenor de los últimos acontecimientos.