Un inmigrante marroquí que vive de ocupa en Arrecife se tira delante de un coche y se niega a moverse de la carretera

Un inmigrante marroquí de los que vive en el edificio ocupado que se sitúa entre la calle Fajardo y la calle Cienfuegos de Arrecife ha protagonizado este domingo por la noche otro altercado más en la zona. En concreto, según han explicado a Crónicas varios vecinos, que están hartos de la situación que se prolonga desde hace meses, en esta ocasión un individuo joven de los que malvive en ese lugar se ha lanzado delante de un coche de turistas que visitaban Arrecife, increpándoles y negándose a que pasaran por la calle. Luego, se ha llegado a lanzar incluso delante del coche, provocando que se produjera un bloqueo en la calle y que se generara una escandalera tremenda. 

Algunos vecinos, que no soportan más esta situación, se han lanzado a la calle no sólo para interesarse por lo que estaba pasando esta vez sino para manifestar su queja por algo que las diferentes autoridades políticas y policiales no son capaces de resolver. Como ya adelantó este diario días atrás, no sólo viven en esa casa abandonada numerosos inmigrantes procedentes de Marruecos sino que ahora se han rodeado de perros peligrosos que se pegan toda la noche ladrando, haciendo que el descanso en la zona sea prácticamente imposible. 

Unos minutos después de que bajaran los vecinos a la calle, ya pasadas las diez de la noche, se han presentado en el lugar dos coches patrulla de la Policía Nacional y otros dos de la Policía Local de Arrecife. Los agentes de servicio en seguida han controlado la situación, aunque los vecinos de las calles Tenerife, Fajardo, Cienfuegos y Hermanos Zerolo están convencidos de que será otro parche más que en seguida va a cambiar. "Hasta que no quiten de ahí a esas personas, será imposible que podamos descansar, montan líos como el de este domingo casi a diario", se quejaba desconsolada a este diario una vecina de la zona. 

Tras la llegada de los agentes se produjo, siempre según la versión de los testigos presenciales, un forcejeo con el individuo que se atrincheraba debajo del vehículo y que se agarraba a él, gritando cosas como que se quería morir. Tuvieron que emplearse a fondo para lograr sacarle de allí, mientras otras personas que estaban viendo la escena, también habitantes de la casa ocupada, se enfrentaban a los agentes del orden.