El SEPRONA investiga a una mujer que sacrificó en Playa Honda al perro que había adoptado porque decía que había mordido a su hijo
La Patrulla del Servicio de la Proteccion de la Naturaleza (SEPRONA) de Lanzarote investigó el pasado mes de octubre a una persona de 43 años de edad por delito de maltrato animal y abandono al sacrificar el perro que había adoptado meses anteriores supuestamente por haber mordido a su hijo menor de edad. Además, según la información aportada este jueves a este diario, la veterinaria presenció un episodio de agresividad por parte del can en la clínica en la localidad de Playa Honda.
La Guardia Civil tiene conocimiento a raíz de una denuncia presentada el pasado día 3 de noviembre de 2022 por la protectora que cedió el perro en adopción el 5 de diciembre de 2020, de nombre Cadillac, de raza mestizo y de 12 años de edad. Hicieron un seguimiento para ver el estado del animal y en las condiciones en las que se encontraba. Durante meses la persona adoptante del perro envió fotos con la familia pero de repente la persona adoptante dejó de hacerlo.
Por ello, el SEPRONA llevó a cabo todas las indagaciones oportunas y recabó todas las pesquisas para poder localizar a la persona adoptante del can. Una vez identificada, manifiestó que el perro tenía comportamientos agresivos con los niños y que en alguna ocasión llegó a morder a su hijo, sin llegar a aportar ningún informe médico al respecto. En esa línea, la persona investigada aseguró que era inviable tenerlo en casa conviviendo con su hijo y que por ello lo llevó al veterinario para que lo sacrificaran, presenciando la veterinaria un episodio de agresividad en la clínica.
La Guardia Civil recabó más datos de manifestaciones de personas que habían tenido contacto con el can, uno de ellos adiestrador canino y otro un vecino, que dijeron que el animal pudo cambiar su carácter debido al tiempo de larga duración que pasaba solo cada día encerrado sin sacarlo a la calle, en malas condiciones higiénico-sanitarias (rodeado de gran cantidad de heces y orines), sin sacarlo de la vivienda y sin que el animal pudiera ejercitarse. En cualquier caso, el adiestrador en ningún momento recomendó su sacrificio.
Además, la adoptante no agotó todas posibilidades antes del sacrificio, pudiendo devolver el perro a la protectora o reconducir el comportamiento agresivo del perro, antes de proceder a su sacrificio y que la veterinaria pudiera certificar conducta agresiva dirigida a los niños.
Las Diligencias fueron puestas a disposición del Juzgado de Guardia de Guardia de Arrecife así como de la Fiscalía Provincial de Medio Ambiente de Las Palmas.