Los envíos a Canarias

La población canaria sufre a la hora de realizar cualquier tipo de compra por internet. Eso no es nada nuevo, como no lo es el hecho de que algunos fuera de esta tierra no entiendan lo que significa vivir en una Región Ultraperiférica, una RUP. En estos momentos es incontable el número de empresas que no realizan envíos a Canarias ya que toda la gestión que ello conlleva es tremenda y no les sale rentable, algo que sin duda afecta tanto al consumidor como al tejido empresarial de las Islas, algo que perjudica tanto a empresas locales como del exterior debido a la dificultad y coste del envío de cualquier tipo de producto, perdiendo así competitividad y oportunidad de crecimiento.

Canarias tiene un régimen fiscal propio y una situación geográfica compleja, lo que implica además trámites aduaneros y costes añadidos que lo único que hacen es complicar y encarecer todo el proceso, y aunque disponemos de IGIC y no de IVA que hace que el coste sea inferior para el consumidor precisamente por nuestra insularidad y lejanía del continente, ya que si no sería imposible hacer casi nada a un nivel aceptable, existe también un impuesto indirecto llamado AIEM, el Arbitrio Sobre Importaciones y Entregas de Mercancías, o el DUA, el Documento Único Administrativo, que complican un poco lo que debería ser más simple. ¿En qué deriva todo esto? Pues en que entre el 60 y el 70 por ciento de las empresas se decidan finalmente por no enviar cosas a Canarias, ya que sería para ellos un dolor de cabeza tremendo hacer la operación no sólo por el coste derivado sino también por la cantidad de papeles a rellenar.

Los famosos trámites aduaneros, esos que te recuerdan siempre cuando te llaman de Correos, son algo que desespera al más paciente de los mortales en territorios como Lanzarote. Estar a la espera de algunos paquetes, de hacer un trámite en Aduanas, de tratar de acercar algún tipo de mercancía concreta, llega a ser algo desesperante, y no debería ser así. Está ocurriendo que se retienen los paquetes y te llaman para decir cuánto te va a costar sacarlos de su “secuestro”, y a veces ocurre que casi no compensa pagar lo que te piden, es tremendo. Eso sin contar en muchos casos el tiempo de envío y los costes de devolución, otra historia.

Desde luego, creo que una solución a este problema relativamente sencillo de solventar podría ser el aligerar todos los trámites de aduana reduciendo los requisitos y la cantidad de papeleo, lo que también reduciría el coste a las empresas, no sólo a los particulares.

Si el tema de la aduana ya nos parecía grave, ahora encima tenemos el problema de que los contenedores que llegan a Lanzarote se atascan en el puerto por problemas con la empresa que gestiona una parte de las grúas, como explicaron recientemente nuestros representantes en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas en el programa “A Buena Hora” de Alfonso Canales. Es increíble cómo estamos sacando adelante el día a día con tantas complicaciones, complicaciones que en la mayoría de los casos no conoce la gente. El problema de las grúas, el problema de aduanas, el problema de que la mercancía no puede pasar la inspección aquí y lo tiene que hacer en Gran Canaria, los sobrecostes del transporte, la negativa de empresas a enviar mercancía a Canarias a pesar de ser un terriotorio español y de la Unión Europea, la doble insularidad, triple en el caso de La Graciosa… ¿Qué más tenemos que soportar? Lo que sea, los que podrían cambiar la situación saben que estamos acostumbrados y que aguantamos lo que nos echen encima. Triste pero cierto. Mientras esto se resuelve, porque espero que lo resuelvan, habrá un aumento de precios en todas las mercancías y finalmente un aumento de precios en los productos que llegan a los consumidores. Todo el mundo estará enfadado y todo el mundo estará preguntándose por qué ocurre esto siempre en islas como la nuestra. Hay que darle una vuelta seria al tema.