Ayuntamiento 2816/2025

En el mundo de las mafias, cuando algo les incomoda o les puede causar un serio problema, tienen la mala costumbre de hacerlo desaparecer.

Ejemplos a lo largo de la historia tenemos muchos que ratifican esta afirmación: jueces, policías, testigos, chivatos eran fulminados por sicarios contratados ad hoc para llevar a cabo semejantes fechorías.

En el mundo de la política y en todo lo que tiene que ver con ella, lo habitual es que, cuando hay algo que les puede causar un serio problema, también usan el método de la desaparición para no dejar huella de lo cometido, normalmente un delito administrativo que pudiera derivar en uno penal a poco que se investigue.

Ordenadores de los partidos hechos pedazos, correos electrónicos entre investigados, conversaciones de Whatsapp mas o menos comprometedoras, son eliminados con el fin de hacer desaparecer cualquier rastro de delito y complique su investigación por quien deba hacerlo.

Como vemos y salvando las distancias evidentes entre la forma de actuar de las organizaciones criminales y las políticas, hay un paralelismo evidente en la forma de ambos a la hora de tratar aquellos asuntos poco o nada lícitos en los que se ven inmersos.

Es cierto que las mafias asesinan y eso no es comparable, pero no es menos cierto que el daño que los políticos pueden hacer a los ciudadanos es, en muchos casos, irreparable.

La última moda de los aprendices de delincuentes políticos que asolan nuestras instituciones es hacer desaparecer decretos una vez firmados por las privilegiadas mentes que nos gobiernan.

El caso que hoy nos ocupa, que no es el primero ni será por desgracia el último, es el número que encabeza este articulo, el 2816/2025.

Como me imagino que estarán más despistados que el hermanísimo del cuñado de la presidenta del Gobierno buscando en Google donde leches está Badajoz, les cuento la última ocurrencia de dos afamados/as personajes de nuestro muy querido y vilipendiado Ayuntamiento de Arrecife.

Uno/a de ellos, firma un decreto, el 2816/2025, que lleva, como documentación anexa al mismo, información sensible y delicada de un funcionario/a de alto rango. Esta información, de carácter tremendamente personal por el contenido y las repercusiones que podría tener para la persona referida en ella, fue puesta en público conocimiento de los políticos, los funcionarios y la ciudadanía en general al haber sido publicada en el diario de decretos del Ayuntamiento, algo que es obligatorio por otra parte, la publicación del decreto se entiende.

Pues bien, una vez que el/la interfecto/a, concejal/a firmante del mismo y dado el contenido de dicho decreto y los documentos que lo acompañaban, se da cuenta de la barbaridad que había firmado, por no denominarla de una forma bastante más vulgar y adecuada al hecho, no se le ocurre otra cosa que, con la anuencia evidente de su superior, ordenar al organismo encargado de su publicación en la plataforma Gestiona que lo haga desaparecer de los registros del diario de decretos.

Hay que ser un desneuronado completo para ordenar semejante fechoría ya que, por si el firmante y el ordenante de la desaparición no lo saben, todo lo que se sube a la plataforma Gestiona queda grabado como si lo hubieran subido a la nube de los Iphone. Vamos que por mucho que quieran, dicho decreto no va a desaparecer nunca del diario.

Además, aunque este supuesto se diera, que para eso hay que complicar en demasía a la propia Gestiona, los decretos son documentos correlativos, por lo que por delante del 2816 esta el 2815 y por detrás el 2817, lo que quiere decir que, si este desaparece siempre queda un rastro numérico que indicaría que algo raro ha sucedido.

No sé si estoy siendo lo suficientemente explícito en lo que estoy relatando, pero creo que el hecho en sí no necesita más explicación.

Resulta absolutamente indecente que el Partido Popular de Arrecife esté actuando como si una organización mafiosa se tratara haciendo desaparecer documentos que, de hacerse públicos, les podrían poner en una situación tremendamente complicada a los partícipes del hecho, ya que en ellos hay un evidente delito contra la protección de datos de la persona o personas referenciadas en los documentos firmados en ese decreto.

Son tan torpes que todavía no se han dado cuenta de que si alguien pide una auditoria a la plataforma Gestiona, ese decreto aparece en todo su esplendor para mayor gloria de los dos fenómenos autores de este incalificable acto de corrupción política.

Estas cosas nos pasan por no hacer controles preventivos del nivel de neuronas de los que se presentan a gobernantes, ya que de haberlos hecho, estos dos no pasarían de la puerta del Ayuntamiento.

No olviden ustedes, que cuando la ambición supera a la inteligencia del sujeto, éste tiene un problema y en este caso es tan grande la ambición y tan limitada la inteligencia que si midiéramos esta ultima, les daba a ambos para llegar al final del día demasiado justos.

De todas formas, quiero pensar que todo esto que he relatado no es cierto, aunque la constancia de su certeza será fácilmente demostrable, presentando el Ayuntamiento el decreto en cuestión, eso sí, con todos los documentos anexos al mismo. Si estoy equivocado, no tendré el menor problema en pedir perdón, disculpas o lo que haga falta. Siempre pondré la presunción de inocencia de nuestros dirigentes por delante y si estoy equivocado llamaré al orden a mis fuentes.