¿Y cuándo va a despertar España? (II)
… Y el Presidente de la Delegación Saharaui en Madrid, Brahim Gali, la calificó como "política de chantaje la que ha iniciado el nuevo Monarca de Marruecos contra España".
En medio de todo este jaleo, Rodríguez Zapatero líder de la Oposición, anunció un viaje a Marruecos para los días 18 y 19 de diciembre de ese año 2001, conociendo que el Rey Mohamed VI había suspendido el encuentro entre ese país y España que se tenía previsto celebrar para los días 26 y 27 de ese mismo mes.
El PSOE comunicó que "Zapatero viaja a Marruecos para ayudar a restablecer un diálogo que es imprescindible para los dos países" y ante esta pregunta forzosa de la prensa: "-¿No es esa una actitud contradictoria con los intereses de España?". El PSOE contestó: "En absoluto, más bien lo contrario. Siempre que el PSOE haga política será para defender los intereses de nuestro país".
El Rey de Marruecos cedió 40 minutos de su valioso tiempo al Secretario General del Partido Socialista que al salir de tan enjundioso encuentro sólo dijo a los presentes: "Quiero tener la seguridad de que se va a producir la normalización de la relación entre España y Marruecos".
Pero el año 2002 no empezó mejor con respecto a las relaciones entre los dos países. La prensa española no ayudaba con publicaciones que cuestionaban las actividades del Rey de Marruecos que mostraba su contrariedad con cualquier argumento, por nimio que fuera, contra el Gobierno de España.
Estados Unidos trataba de alcanzar la normalidad restableciendo el Pentágono en Washington y recuperando el espacio de los escombros de las Torres Gemelas de Nueva York. Procuraba asumir el tremendo mazazo que les supuso el ataque terrorista del pasado 11 de septiembre de 2001 y se enfrascaba en dar una respuesta contundente eligiendo a Irak y al régimen de Sadam Hussein con misiones de las Naciones Unidas que comprobaban que ese país no contaba con armas químicas de destrucción masiva.
En este otro lado del mundo, Mohamed VI daba un golpe en la mesa y también un día 11, pero del mes de julio de ese 2002. Un grupo de doce militares de la Marina Real de Marruecos, ponía en jaque a la diplomacia española conmocionada porque no se había comunicado aviso alguno de las intenciones marroquíes de ocupar el Peñón del Perejil. Colocaron dos banderas de ese país e instalaron unas tiendas de campaña exigiendo un montante de 90 millones mensuales para poder navegar en sus aguas.
Aquellas palabras de Rodríguez Zapatero el 19 de diciembre en Rabat siete meses antes, "quiero tener la seguridad de que se va a producir la normalización de la relación entre España y Marruecos", con esta actitud de Mohamed VI quedaron claramente desautorizadas.
La atrevida acción marroquí contó con la oposición de la Unión Europea, de la OTAN, y de Estados Unidos que se posicionaron del lado español. La intervención personal del Secretario de Estado americano Colín Powell desactivó la actitud beligerante de Mohamed VI.
Aquel "Marchaos de aquí, esto no es tierra española" de los doce ocupantes del Perejil encañonando con sus armas a los primeros agentes de la Guardia Civil que se acercaron al Peñón para conocer la situación, terminaría nueve días más tarde con Marruecos retirando el pulso ante la intervención directa de Estados Unidos reconociendo que contra esa Potencia no se puede jugar al gato y al ratón.
El gobierno español recuperó el Peñón del Perejil el día 20 de julio sin incidentes que lamentar. Procedió a la retirada de las banderas marroquíes e instaló en su parte más alta la bandera de España. El PSOE lo denominó todo "como un proceso verdaderamente chusco" y la prensa que se denomina a sí misma progresista hacía mofa de los rambos españoles y presumiendo todo tipo de burlas hacia el gobierno de Aznar. Mientras, las relaciones de España con Marruecos quedaron definitivamente rotas. Tremendamente molesto y contrariado, se llegó a insinuar que Mohamed VI no celebró tres días más tarde, el 23 de julio, el tercer aniversario de su llegada al Trono marroquí.
Y nada ha cambiado en todos estos años en la actitud de ese Rey. Continúa contrariado y molesto. Sus planes para su sueño de un nuevo Marruecos con expansión territorial y marítima no se hacen realidad…
(Fin de esta segunda parte)