¿Y cuándo va a despertar España? (III)

… Y nada ha cambiado en todos estos años en la actitud de ese Rey. Continúa contrariado y molesto. Sus planes para su sueño de un nuevo Marruecos con expansión territorial y marítima no se hacen realidad.

Ya se sabe que cada día tiene su afán y la insistencia acaba recompensando, por eso en el Sáhara con su colonización paciente y sin contestación alguna, que en noviembre de este 2023 cumplirá los 48 años desde que se inició allá por noviembre de 1975, nos hemos creído que Pedro Sánchez a título individual en esta ocasión le había dado una pequeña alegría. 

Pero sin acuerdo del Consejo de Ministros, sin el aval del Congreso y el Senado de España, de que se reconoce a todos los efectos la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, las supuestas muchas cartas  que el tramposo Sánchez le haya enviado, además del otro arrebatado comentario en su tuiter de Donald Trump, pero no de un acuerdo o decisión del Gobierno ni el Congreso y Senado de los Estados Unidos, evidencian claramente que esas actitudes a título personal de Pedro Sánchez y Donald Trump, no dan carta de naturaleza para que ese Rey se sienta legítimo dueño del Sáhara Occidental.

Mohamed VI lo sabe y por segunda vez dejó en ridículo al Presidente español, en esta ocasión permitiéndole que se colocara al lado de una foto suya mientras él vacacionaba lejos de ese salón real en Pointe Denis (Gabón) entre los días 1 y 2 de febrero de este 2023 en la denominada Reunión de Alto Nivel. (RAN)

Quedó Pedro Sanchez en evidencia en ese país extranjero donde su máximo mandatario, el Rey, no se dignó a esperarle antes de irse a ese otro país africano. Dejaba claro el monarca su posición descontenta, reduciéndola al Mínimo Nivel con un Sánchez chantajeado y ridiculizado  nuevamente.

(La primera ridiculez fue cuando se sentó a la mesa con la bandera de España colocada del revés, o boca abajo, mientras el Rey mostraba sonrisas irónicas para su ofensa antiespañola perfectamente orquestada)

Es la primera vez que el Rey de Marruecos no recibe en las cumbres de Estado celebradas a un Presidente del Gobierno de España. Desde la primera RAN, Reuniones de Alto Nivel, tanto Hassan II, como Mohamed VI, han recibido a todos los anteriores Presidentes del Gobierno español: Felipe González Márquez, José María Aznar López, José Luis Rodríguez Zapatero y a Mariano Rajoy Brey.

Mohamed VI siente que ha perdido el tiempo creyéndose que los trileros Zapatero y Sánchez le darían el visto bueno a su plan  de Autonomía para el Sáhara dentro de Marruecos. Ha descubierto que detrás de las palabras bonitas y del talante conciliador de esos Presidentes españoles,  no había nada más que un hueco lleno de vaguedades y mentiras, que no se plasmaban en realidades concretas en sus asuntos de máximo interés: Ceuta, Melilla, el Frente Polisario, el Sáhara Occidental, la mediana que limita las aguas de las Islas Canarias y el control del espacio aéreo saharaui que actualmente se controla desde Canarias.

En la etapa de Rodríguez Zapatero  2004 - 2010 comenzaron las grandes avalanchas de inmigrantes en clara presión marroquí para captar atenciones.

No contó el Rey de Marruecos con la connivencia y la actitud pro-inmigración del presidente de España, que no sólo no la combatía,  sino que la jaleaba y promovía invitando a que vinieran muchos más, con políticas de regulación y legalizaciones masivas para un efecto llamada sin final.  Sorpresa inaudita del propio Rey de Marruecos que no salía de su asombro ante esta actitud de España, y de auténtica incredulidad para una población canaria que no dábamos crédito a lo que nos estaba sucediendo al sentirnos invadidos sin control alguno.

Con Sánchez la decepción de Mohamed VI ha sido tan evidente que no le importó lo más mínimo  el desaire de desaparecer en plena cumbre de Estado entre los dos países.

Ya sabe que el actual gobierno de España no llevará ese asunto del Sáhara al Consejo Ministerial y mucho menos al Congreso y al Senado de España actuales. Ahora se antoja del todo imposible ante el adelanto electoral para este próximo 23 de julio. (Parece una broma, mismo día en que el Rey de Marruecos celebrará los 24 años de su reinado)

Mohamed VI da por amortizado al Presidente Sánchez y observa con excesivo recelo el cambio político en España que vislumbran las encuestas para un nuevo gobierno del Partido Popular… (Puede que la celebración de este vigésimo cuarto aniversario de su llegada al Trono de Marruecos, no resulte demasiado fastuosa al igual que le ocurrió con la crisis del Perejil, si el PP finalmente gana las elecciones en España)

Pero todo esto dará igual. En la ONU, Organización de las Naciones Unidas, continúa estancada la solución saharaui  mientras ese pueblo sobrevive  su agónica situación de casi  asco en ese otro desierto argelino. Es a ese pueblo al que un Presidente de España debería visitar en su primera salida de Estado a un país extranjero.

El Rey alauita a día de hoy sigue con su carta más ventajosa para el chantaje económico infinito desde que ocupó el trono de ese país vecino: Los acuerdos pesqueros.

23 barcos y casi 500 pescadores de nuestras islas quedaron varados este pasado lunes 17 de julio al expirar el último acuerdo de pesca con Marruecos. Y vuelta a empezar para el próximo nuevo acuerdo con otra negociación chantajista económica, que se antoja infructuosa para la ciudadanía marroquí y tremendamente sustanciosa para un único bolsillo. El del Rey.

Del cero resultado económico para la población saharaui no hace falta escribir ni hablar nada, puesto que son los más perjudicados en la explotación de su banco pesquero canario-sahariano que negocia y explota Marruecos. Ese país extranjero que se legitima a sí mismo como dueño del Sáhara y todo su frente marítimo atlántico explotando sin escrúpulos sus riquezas mineras y pesqueras con esas  muy particulares maneras del Rey  marroquí.

Pero en aquel año 2002 se corroboraba también la ya tomada decisión de Aznar de cumplir su promesa electoral  de no volver a presentarse a las próximas elecciones de 2004 cuando se cumplirían sus dos legislaturas en la Presidencia del Gobierno.  No quería continuar más allá de cumplidos los ocho años de su mandato.

En España, con la gestión económica, después del desastre y corrupción de los gobiernos de Felipe González, se avalaba que no había que tener ningún miedo a la continuidad de un partido de centro derecha en la gobernabilidad del país, para nerviosismo de un PSOE que se alejaba cada vez más de la opción favorita para volver al Gobierno de España y  cuyas encuestas le alejaban a diario de esa posibilidad.

Con creencia de legitimidad que nadie les ha otorgado, la izquierda no quiere comprender que el centro-derecha puede gobernar y por tanto se hará lo que "sea necesario", lo que "haga falta" para expulsar y anular al PP, no solo de las Instituciones, sino que desaparezca de España como alternativa de gobierno para el futuro.

En esos ya seis años de Aznar,  (1996 / 2002) sorprendentemente se demostró que el PP  también sabe hacer políticas sociales, de progreso y desarrollo, con proyectos e ideas, que desquiciaban al PSOE, pues a la mayoría ciudadana no les interesa un Presidente guapo y, o atractivo, sino un Partido que gestiona y resuelve los problemas de la ciudadanía con demostrada solvencia en gestión económica.

No sería hasta finales de agosto de 2003 cuando definitivamente el Presidente del gobierno, José María Aznar designó como sucesor a Mariano Rajoy Brey. No a un modelo precisamente de las pasarelas ni de glamur espectacular, sino avalado por la estructura de un PP cohesionado y con un proyecto claro de país. Todo hacía presagiar  que siete meses más tarde, para marzo de 2004, sería con total seguridad el nuevo Presidente del Gobierno de España.

Pero en el ecuador de esta segunda  legislatura del PP, las relaciones con Marruecos lejos de mejorar empeoraban.  La prensa española insistía con burlas y risas sobre las pretensiones marroquíes de sus proyectos de anexión con ampliación territorial y marítima.

Los gobiernos del Partido Popular con Aznar no miraban ni le daban importancia al vecino del Sur…

(Fin de esta tercera Parte)