De momento, quien se queda en Venezuela es Nicolás Podrido
El mundo al revés. El ganador de las elecciones abandona su país, y el que las ha perdido se autonombra emperador sine die.
Pero Zapatero y Sánchez presumen del acto heroico más traicionero que se le puede perpetrar a toda esa población venezolana condenada a vivir en ese Campo de Concentración en el que han convertido a todo un país: Venezuela.
Se decía que Zapatero estaba desaparecido intentando mediar para que el podrido Maduro Nicolás, abandonara el poder sin ningún tipo de represalias y Venezuela poco a poco volviera a recuperar la normalidad democrática de todas sus instituciones gubernamentales. ¡Soñadores!
Sí mediaba, pero para que Edmundo González abandonara esa pretensión de nombrarse ganador electoral dejando de optar a la presidencia de su país, amenazado de muerte desde el mismo momento en que la ciudadanía venezolana apostaba por él y le decía al sátrapa dictador que su etapa política había llegado a su fin.
Inconscientes, no conocían que con Zapatero habían topado. El hombre de la alianza de las civilizaciones comunistas no podía permitirse que Venezuela entrara de nuevo en una senda democrática de alternancia política según los deseos de la ciudadanía.
Solución: Abandonas el país y te perdonamos la vida. Ya sabes que vale más un cobarde vivo, que un héroe muerto. Sánchez y Zapatero de cobardías tienen libros llenos, aunque los titulen resistencias. Y Venezuela continua siendo nuestra. De ellos, quiere decirse.
Edmundo González ha optado por la cobarde vida lejos de la posible muerte convirtiéndose en un asilado español.
Aunque nada es previsible, la muerte en ningún caso, y sobreviene en los momentos más inesperados. Hay que estar preparados porque nunca se sabe cómo, dónde, ni cuándo. Por eso es la más justa, igualitaria y democrática. ¡Muerte, qué grande eres!
Así que Edmundo le dijo adiós a Venezuela. Ahí se quedan con sus manifestaciones, sus personas asesinadas, detenidas y torturadas, que yo me voy tan ricamente a la Madre Patria, esa que maravillosamente acoge a todos los traidores del mundo, véase no más a Sánchez y Zapatero disfrutando cual caudillos sus privilegiadas traiciones.
Ustedes venezolanos ya saben que con manifestaciones en las calles de Caracas entre edificios, semáforos y la guardia pretoriana del dictador no se consigue nada. Del nuevo fugado, de todos los fugados, tampoco. Aunque eso sí, sus espíritus y sus buenos deseos están todos ahí, pero el físico en España, que el saco que lleva la vida hay que protegerlo.
Cuando los romanos huían del fuego, no se les ocurrió otra cosa que ir a refugiarse en los jardines y el palacio de Nerón. Y cayó ese emperador incendiario. A lo mejor, no hay que manifestarse entre calles caraqueñas, sino invadir los jardines y el palacio presidencial de Miraflores. Puede que ese bigote pegado a un podrido Nicolás, cuando les vea llegar abandone en helicóptero junto a Delcy y sus maletas el cielo venezolano rumbo a, … nos da igual, pero que huyan de Venezuela.
Así que estimada ciudadanía venezolana, déjense ya de venerar a líderes de fama efímera provisional de un día. Decídanse a por la solución eficaz yendo a la raíz del problema y solucionarlo ustedes mismos.
No esperen nada de Europa, de la ONU, de la Alianza de Civilizaciones, de Estados Unidos, del Foro de San Pablo (São Paulo), y ni mucho menos de España, de Zapatero y de Sánchez. El problema está en ese lugar que llaman Miraflores y allí es donde está la solución con una buena antorcha, no de concentraciones en las calles de Caracas. …