lunes. 28.04.2025

La segunda jornada del juicio del 11-M ha contado con la comparecencia de dos supuestos autores intelectuales, Youssef Belhadj y Hassan el Haski, y la de Jamal Zougam, acusado de ser autor material de la masacre.

AGENCIAS

Fuertes medidas de seguridad para la celebración del juicio.

Youssef Belhadj condenó los atentados tal y como hizo en la víspera 'Mohamed el Egipcio'. Sólo ha admitido las preguntas de su abogado y ha negado su participación en la masacre y su relación con todos los indicios que le implican.

Hassan 'El Haski', en prisión como presunto dirigente dentro de Europa del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y considerado ideólogo del 11-M aseguró que no conocía a ninguno de los procesados y retó que a que se encuentre a alguien que le conozca para someterse con él a un careo.

Tras estos dos le llegó el turno a Jamal Zougam, el primero en ser detenido por los atentados del 11-M, dos días después de los hechos. Ha sido también el primer procesado en aceptar el interrogatorio de la fiscal y las acusaciones. Como declaró en su momento a la policía, ha asegurado que a la hora de los atentados, entre las 7.37 y las 7.39, "estaba durmiendo en casa", con su familia.

Su relato ha sido un tanto vago e impreciso; ha facilitado detalles de su supuesta actuación según se veía en la necesidad de aclarar algunos aspectos.

"Si estaba durmiendo, ¿cómo iba a ir a ningún sitio?", ha respondido cuando la fiscal le preguntó si fue esa mañana a Alcalá de Henares con el resto del grupo. "Me levanté hacia las diez, desayuné y me fui a trabajar, como todos los días", ha declarado. Según su testimonio, ese día llegó más tarde porque le costó aparcar en el barrio madrileño de Lavapiés.

En esta respuesta no ha aludido a los atentados. En cambio, sí lo ha hecho después, cuando el abogado de una de las acusaciones le ha interrogado sobre el tiempo que tardó en llegar a trabajar desde su casa, en la calle Sequillo, hasta el locutorio de la calle Tribulete.

El acusado ha dicho entonces que ese día tardó menos, pese a que todo Madrid estaba colapsado. Ha alegado que cogió la M-30 porque habló con su hermano por teléfono y le dijo que había mucho tráfico en el centro.

¿Se lo tuvo que decir su hermano, no se imaginaba usted que había problemas de tráfico con lo que había pasado o es que no sabía qué había pasado?, ha venido a preguntarle la acusación.

Entonces, Zougam ha afirmado que sí, que encendió la televisión nada más levantarse y que se enteró de lo que había pasado, un detalle que cualquiera recuerda de esa mañana y que había eludido antes, al sostener que fue a trabajar "como cada mañana".

Sobre las tarjetas y los suicidas

Ha negado conocer al fallecido en Leganés Jamal Ahmidan, 'El Chino', que supuestamente compró en su locutorio tarjetas de teléfono móvil que luego, supuestamente, sirvieron para activar los teléfonos que detonaron en los trenes.

Zougam sonríe durante el interrogatorio.

El procesado ha explicado que no fue él sino un empleado suyo quien dijo a la policía que 'El Chino' estuvo en la tienda.

Preguntado al respecto, negó conocer a ninguno de los hombres que murieron en el piso de Leganés, ni a los procesados Otman el Gnaoui, el huido Saed el Harrak, ni ninguna persona de ETA.

A quien sí dijo conocer es al condenado Eddim Barakat Yardas, 'Abu Dahdah', jefe de la célula española de Al Qaeda. No obstante, no quiso contestar si le conocía antes o después del 11-S, aunque explicó que su relación con él era de tipo comercial, ya que le compraba fruta de origen sirio para su negocio.

Tranquilo, dominando el español e incluso riendo ante lo que para él eran preguntas incongruentes, Zougam sólo ha perdido un poco los nervios cuando el juez Gómez Bermúdez le ha apretado las tuercas al decirle que no tenía nada que ver que un testigo le hubiera visto en el tren de El Pozo para que él hubiera puesto una bomba.

Zougam, supuesto autor material: 'El 11-M me levanté a las 10 y me fui a trabajar'
Comentarios