martes. 29.04.2025

Mientras el diario El País le dedicaba este domingo la típica entrevista-baba o entrevista boba a José Luis Rodríguez Zapatero (cuantas más páginas, menos contenido; no le sacas una idea potable al rey de las esdrújulas mal empleadas ni a palos), el periódico ABC de la misma y festiva fecha recordaba de nuevo los millonarios gastos de la familia Zapatero en la residencia lanzaroteña de La Mareta para pasar apenas unos días allí: “El socialismo gobernante ha descubierto que meterse en obras, trago siempre gravoso y amargo, es llevadero si paga el contribuyente. La reforma del piso que ocupa el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo (espaciosa solución habitacional de 220 metros cuadrados), ha espoleado la indignación ciudadana. (...) Pero no sólo Bermejo ha confundido servicio público con uso y disfrute privado, ya que el propio presidente tiró la casa (no la suya, claro) por la ventana en el que ha sido el escándalo reformista de mayor rango de la legislatura: la reforma para unas vacaciones presidenciales de la residencia real de La Mareta, en Lanzarote, por un montante de 271.697,99 euros. Con la circunstancia agravante de que los trabajos se tramitaron, desglosados, en 21 expedientes distintos, con lo que se evitó que la remodelación quedase sujeta a concurso público”. O sea, como las encuestas engañabobos que desde las mismas siglas se encargan por aquí abajo, también a dedo y sin concurso público que valga, pagadas por el mismo Cabildo que es magnánimo o manirroto con unos y tacaño o agarrado como una rata con otros...

Aquellas obras en La Mareta consistieron, según tuvo que informar el Gobierno en respuesta escrita a la oposición, en pavimentado y asfaltado, arreglos en terrazas exteriores, piscinas (54.167,25 euros: 27.000 para la de invitados; 22.185,83 a la privada) y zona deportiva, y otras “minucias”. “Toda una relación de mejoras en la que, sin embargo, no se mencionaba, en su detalle, la más llamativa: sólo pintar la cancha de baloncesto para que jugara en ella la familia Zapatero costó 9.000 euros. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo no pudo apenas disfrutar de este esparcimiento porque en una de sus primeras tentativas bajo la canasta sufrió una rotura fibrilar que le dejó en el dique seco”

Vuelve así a la actualidad informativa la residencia conejera también conocida como la Casa del Rey. Y nunca estará mejor aplicada aquella expresión de “disparar con pólvora de rey” cuando hablamos de esas “reformitas de nada” de la familia ZP que acabamos pagando todos, tirios y troyanos, monárquicos y republicanos, votantes y abstencionistas. Y eso que en realidad la Casa del Rey no es del Rey, aunque en su día lo fuese de uno (el jordano). Parece una contradicción, de acuerdo, pero es lo que hay, y ya lo hemos dejado escrito aquí en alguna ocasión anterior: la mansión que en su día le regalara el ya también fallecido Rey Hussein de Jordania a la Casa Real española pertenece desde años a Patrimonio Nacional, que lo llaman. Pero al menos una cosa sí nos va quedando clara: el Rey tiene en Lanzarote una casa que no es suya. Es Patrimonio Nacional. O sea, de todos los españoles. No se lo echen ustedes a la broma, o intenten al menos aguantarse la risa. ¿Nos hacemos mañana unos largos en su piscina, que es la nuestra? Me pido la privada, aunque su reforma haya costado unos 5.000 euros menos que la de los invitados. (de-leon@ya.com).

9.000 euros en pintura
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