martes. 29.04.2025

Con respecto al diario El País, que nunca antes se agenció mayor publicidad gratuita en Lanzarote después de dedicarle a esta pobre islita rica sin gobierno conocido su portada a cuatro columnas con la macro-noticia de la que nunca más se supo (ni seguimiento posterior del presunto notición, ni una mísera línea editorial... ¡ni una sola carta al director firmada por algunos de los supuestos damnificados por la noticia!), e insistiendo una vez más en mi convicción de que no daña a Lanzarote la información sobre un mal sino el mal causado por otros, a mí siempre me ha preocupado muchísimo más que todo eso el poco cuidado y respeto que tiene el mencionado periódico con el mismo idioma en el que tiene montado el negocio. Así de raro soy, señora. Cada cual se fija en lo que más le llama la atención.

Lamentablemente, el diario de información general con más lectores (el primero es el Marca, que es estrictamente deportivo, y específicamente madridista, como es triste fama), es el peor escrito de entre todos los de alcance nacional, como es triste fama. No es una impresión subjetiva mía, sino un hecho objetivo. Ya hemos puesto aquí, durante años, muchos (malos) ejemplos de ese continuado descuido. El Defensor del Lector del mencionado rotativo tampoco me dejará por mentiroso, pues es testigo directo de las miles de quejas que se reciben mensualmente por ese apartado que para muchos periodistas de hoy les puede parecer anecdótico o baladí, pero no deja de ser poco presentable que un periódico del presunto, probable, posible o presumible prestigio que tiene El País esté tan mal escrito y tan repleto de injustificados e innecesarios anglicismos, en una suerte de carrera desenfrenada hacia el precipicio del vomitivo e impersonal “spanglish”, que no es ni carne ni pescado.

Ni es la primera vez que constatamos en esta tribuna impresa y digital esa lamentable realidad, ni estamos solos en esa razonada y razonable queja. Otros muchos lectores atónitos del diario madrileño hacen lo mismo. Les pongo no más que un ejemplo a modo de botón de muestra, encarnado esta vez en un profesor de la Universidad de Barcelona, Ángel Zaragoza Tafalla, que mostraba recientemente su justificadísima indignación por los repetidos y constantes anglicismos que aparecen en El País (de los ágrafos). Entresaco apenas un párrafo del argumento expuesto por el aludido profesor universitario: “Si no fuera porque son un medio importante en castellano y porque tienen una escuela de periodismo en la Universidad Autónoma de Madrid, la cosa no tendría demasiada importancia. Pero la realidad es la que es y no hay más remedio que denunciarles pública y sistemáticamente como corruptores lingüísticos. Un servidor les hace saber a sus alumnos que escribir como lo hacen en El País constituye un pésimo estilo literario y que yo lo penalizo en los exámenes".

Para mayor sarcasmo, resulta que el manoseado Libro de Estilo de El País establece que el periódico se escribe en castellano (léase, español), y la regla general es que no deben usarse palabras de otras lenguas mientras existan sinónimos en castellano. Queda claro así que los primeros en saltarse a la torera sus propias normas de estilo son los redactores del periódico más citado en los últimos días en Marbella (en Lanzarote, quise decir). (de-leon@ya.com).

El País... de los ágrafos
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