Ya veníamos contando aquí mismo desde hace meses aquello de que no era nada lo del ojo y lo llevaba en la mano. Pero no pasa nada: en el pacto de gobierno institucional que se traen montado contra viento y marea pre-electoral el PSOE y el PIL en el Cabildo y en cuatro de los ayuntamientos de Lanzarote reina la más absoluta paz. La paz de los cementerios, se sobreentiende, en donde no se mueve nada porque todo está muerto y paralizado de antemano. Por si hubiera o hubiese alguna duda en el aire, la dimisión irrevocable presentada a primera hora del lunes por parte Marcos Bergaz la acaba de despejar: para tratarse de una crisis ficticia está dejando demasiados cadáveres reales por el camino.
Ahora se marcha el concejal de Vías y Obras del Ayuntamiento de Arrecife, más caos-pital conejera que nunca antes. Total, una dimisión más. Nada que pueda perturbar el actual y “plácido” mandato capitalino. Pero con la pequeña/gran diferencia esta vez de que el que abandona el barco voluntariamente (no digas “de motu propio”, porque sobra el “de” y es “proprio” y no “propio”; no hables como si fueras un concejal de cultura o una pazguata presentadora de televisión) es un concejal perteneciente al mismo partido que se ha empeñado en negar la evidencia de la crisis política e institucional que carcome las raíces del pacto de marras.
Lo escucho en la tarde del lunes en una barbería de San Bartolomé:
-Han cesado a uno del PSOE del Ayuntamiento del Puerto...
-¿Cesado? A mí me dijeron que dimitió él...
-Bueno, que se ha ido para su casa...
-Lo mejor que hace. En un sitio en donde el alcalde y el teniente de alcalde ni se hablan no se puede trabajar ni hacer nada. Eso lo dicen toditos los mismos funcionarios, porque mi hija tiene una amiga trabajando allí y dice que todos sus compañeros se quejan de que está todo paralizado y no se mueve ni un papel.
-¿Los funcionarios quejándose de poco trabajo? Eso es nuevo.
-Nuevo o viejo, es lo que hay. Ese pacto no se aguarece, para mi gusto.
-Pero dicen que ese chiquito se ha ido por motivos personales...
-Sí, claro, no iba a ser por motivos ajenos o del vecino. Todo lo que hace uno lo hace siempre por motivos personales. Ya el conejo me riscó la perra...
-Yo sólo sé que no sé nada.
-Eso no hace falta ni que me lo jures, cristiano. Pero que el pacto del PIL y el PSOE no se aguarece se lo aseguro yo a ustedes como Bartolo que me llamo.
-¿Y cómo dice usted que se llama ese muchacho que se ha mandado a mudar?
-Marcos no sé cuántos...
-Páez no será, ¿no?
-Es que lo escuché en la radio y no le termino yo de hacer la cara. Debe ser que lo tenían medio escondido o algo así. Y también debe ser alguien que cuenta con trabajo propio fuera del mangoneo político, porque los que viven sólo de la política en esta isla no dimiten ni por una apuesta.
-¿Insinúa entonces que aquí sólo se ponen en su casa los más serios y preparados?
-Casi, casi. De hecho, la gente seria no se mete en política. ¿Usted no se ha fijado en eso?
-Chacho, pues la cosa se le complica a Enrique Pérez Pachorras...
-Bah, él no se va a agoniar por eso. Mientras siga cobrando el sueldazo que se subieron todos los suyos desde que llegaron al cargo lo mismo le da que le da lo mismo. Bueno, caballeros, ahí los dejo, que me voy a ordeñar las cabras. Hasta más ver. (de-leon@ya.com).