Mediante correo electrónico a la dirección que aparece justo al final de esta columna impresa y digital, un sufrido lector me muestra su extrañeza ante el llamativo hecho de que los dos diarios que se editan en Gran Canaria no se hayan hecho eco del último Estudio General de Medios (EGM para los amigos y demás personas piadosas). “Antes se tiraban las cifras a la cara el uno al otro y a la inversa, según fuese el ganador, y esta vez no han publicado ni una línea ninguno de los dos”, escribe él, y pregunta acto seguido el por qué de ese escandaloso silencio. Obviamente, ni sé ni me interesan las razones de ese “olvido”, aunque me malicio que a lo peor es que andan ambos periódicos lamiéndose recíprocamente las heridas, puesto que uno y otro han caído en picado en número de lectores y ejemplares vendidos, siempre según el aludido estudio o medición de audiencia, a pesar de la venta adjunta o conjunta de palanganas, escupideras y demás cachivaches (la anécdota de los lectores acudiendo al quiosco a comprar el periódico para arrancar el cupón de la esquina y tirar el ejemplar en la papelera es digna de las corrosivas comedias del gran Billy Wilder).
De entre los diarios editados en Tenerife y en Gran canaria, sólo el ultrainsularista El Día mantiene -e incluso incrementa- sus ventas. El periódico del director/editor Pepito Rodríguez aventaja al segundo, La Provincia, en 24.000 lectores, y en 41.000 al Canarias-7, cuya caída en picado en los últimos meses está siendo ciertamente espectacular, a pesar de sus colorines y sus suplementos de prensa rosa estilo “sólo sale el que paga”. La cifra es de vértigo: Canarias-7 pierde 33.000 lectores diarios, y baja de la segunda a la tercera posición en toda Canarias. Cae en picado, sí, pero al menos cae a todo color. El que no se consuela es porque no quiere. Menos aceite da un caroso/carozo, mire usted.
En hablando de medios en decadencia, la televisión estará siempre a la cabeza. Comparto la máxima: ¡Qué mal informan los informativos! Hace años que renuncié a verlos, pero Rosa Belmonte, que en su calidad de crítica televisiva está obligada a soportarlos, lo ha escrito con su habitual y bendita ironía en el ABC: “Cualquier persona multileída sabe que la información en la tele no es una, grande y libre (siempre la misma). Y que a veces no es más que un atisbo de algo más profundo. Eso sí, el muestrario de imbecilidades de magacín, sucesos, publicidad genérica y la enésima muestra de sabiduría de Luis Aragonés (pongan cualquier otro deportista) que no falten. Y tampoco las innovaciones coreográficas de los presentadores. A Hilario Pino y Marta Fernández en Informativos Telecinco les falta la canción de Teresa Rabal (me pongo de pie, me vuelvo a sentar). Empiezan de pie para los titulares, se sientan y se vuelven a levantar a las tres y veinte. Cuando Hilario da paso a la información deportiva se sienta (el primer día no lo hizo y quedó raro). Para despedirse, pareja de pie”. Total, más mentira añadida a la mentira televisiva. Puro teatro. Del malo. (de-leon@ya.com).