Si te sobra el tiempo y quieres perderlo en tonterías, vete a explicarle a una feminoide (no confundir con feminista, y mucho menos con femenina) que las cosas no son tan elementales como ella quiere creer que son, porque dentro del sectarismo simplón, militante o militonto sólo hay buenos y malos, y si no estás con ella estás contra ella. Ésa es su filosofía: la antifilosofía. La negación de cualquier pensamiento que no entre dentro de lo establecido, de lo social o políticamente correcto.
Con respecto a la política populista, verbenera y de volador (mucho ruido, pocas nueces) de José Luis Rodríguez (Zapatero prodigioso, cuentista profesional), así como su ocurrencia (porque ZP no tiene ideas sino ocurrencias, como es triste fama) de colocar, por la cuota y por la cara, a más ministras que ministros, resulta que las palabras más duras -algunas incluso crueles- que he leído en toda la prensa las han escrito y firmado mujeres que le han visto la trampa al truco elemental de ZP. Pongo no más que dos ejemplos, a modo de botones de muestra publicados tanto en la prensa nacional como en la insular canaria.
La vasca Edurne Uriarte, seguramente otra machista con faldas, titulaba este lunes su columna, con precisión, “Ministerios florero”, y recuerda que “el feminismo presumía tradicionalmente de combatir el destino de las mujeres florero, de las mujeres como Carla Bruni, marginadas a lucir sombreritos y a ponerse zapatos planos para no hacer sombra a sus hombres ni en estatura. Pero, paradojas de la crisis de las viejas ideologías, y el feminismo se ha quedado rematadamente viejo, he aquí a las feministas españolas haciendo de políticas florero. De ministras florero que adornan el estrellato de su gran hombre y hacedor, Zapatero, como Bruni decora la grandeza de Sarkozy con sus trapitos y sus poses de modelo. El feminismo español ha coronado su trayectoria con el trofeo de un inmenso florero, el Ministerio de Igualdad, cuya única función será ensalzar las cualidades igualitarias y progresistas del gran jefe. Todas las supuestas funciones de este departamento las realizan otros, el de Interior, el de Justicia, el de Trabajo. (...) Pero ZP quería un gran florero feminista y lo tiene. Y las feministas, encantadas de servirle y de adornarle. (...) En los próximos días comprobaremos que esta enorme tomadura de pelo que es la del Gobierno paritario se pone de manifiesto con ilimitada desfachatez en la composición totalmente antiparitaria de los altos cargos y equipos de asesores. Empezando por los de Zapatero, tan masculinos como los anteriores, y que enviará a su nueva ministra de Igualdad a imponer a las empresas las reglas que ni él, ni su Gobierno, ni su partido, cumplen. Además de viejo, el feminismo se ha vuelto muy descarado”.
Otra mujer poco sospechosa de querencias conservadoras (aunque a lo peor es una fascista y no se ha enterado), Carmen Ruano, escribía este martes que “nadie como ZP y su equipo para manejar el arte de la imagen. O para dotar a las apariencias de un contenido las más de las veces inexistente. Un gobierno con más mujeres que hombres (...) es pura filfa de cara a la galería, en especial de esa galería que se emboba con los gestos, que vive más pendiente de la parte de espectáculo que tiene la política que de la trascendencia de las acciones. (...) Lo de Carme Chacón al frente del Ministerio de Defensa es la jugada de imagen más estudiada del nuevo Gobierno de Zapatero”.
Lo evidente lo ve cualquiera... excepto los que no quieren ver y prefieren la venda en los ojos porque están más cómodos instalados en la mentira o en la política de cara a la galería (ciega y sectaria). Pero no todas las mujeres son tan elementales como las quiere ZP, el ilusionista. Algunas tienen la osadía de pensar por su cuenta y riesgo... y además lo escriben y firman, con dos ovarios. (de-leon@ya.com).