martes. 22.04.2025

Arrecife entre cagadas de garzas

Arrecife, después de tantos tumbos fue a parar a un cagadero de garzas. Me refiero a esas letras "ARRECIFE" que compraron en Arrecife y no saben dónde poner. Normalmente, en cualquier ciudad que se preste, ese tipo de cartel con el nombre de la ciudad se coloca en un lugar señalado o que identifica a esa ciudad. Un cartel donde los visitantes se fotografían para llevarse esa imagen de recuerdo del lugar donde han pasado sus vacaciones. Pero no, Arrecife es diferente. Se pone el cartel, y justo detrás, un cagadero de garzas, sucio y abandonado.

Y vamos al cagadero de garzas. Ese lugar, en su momento, fue un cementerio. Un lugar donde fueron a reposar, por el fin de sus días, vecinos y vecinas de Arrecife. Un lugar que debería ser de culto, respeto y recuerdo hacia aquellos que allí reposaron. No debería ser un espacio donde aves venidas de otros lugares se aposenten como si ese espacio les perteneciera a ellas y solo a ellas.

Se deberá dar una pensada y valorar si ese espacio, de recuerdo y respecto por los que allí moraron, debe continuar igual, sucio, abandonado y ocupado por garzas, ave que no diré yo que sean oriundas de esta isla. Tal vez un parque con un monumento funerario que recuerde a los vecinos y vecinas de hoy y a los que mañana vendrán, lo que fue ese lugar, un cementerio donde reposaron aquellos que hicieron ciudad. Que hicieron Arrecife.

Arrecife entre cagadas de garzas
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