… Esto último no deja de ser una suposición, desde luego, pero por supuesto legítima de ser pensada tras las reacciones y actitudes del Rey Mohamed VI, todas contrarias al fomento de las buenas relaciones y mejora de la vecindad con España, desde el primer día que asumió el Trono de Marruecos.
El próximo 11 de marzo de este 2024 se cumplirán los veinte años de los atentados de Madrid, ocurridos en plena campaña electoral para elegir al nuevo Gobierno de España que surgiría de las urnas electorales.
El gobierno decidió no suspender las elecciones para poder celebrarlas más adelante en un ambiente sosegado y de mayor tranquilidad. En Estados Unidos y en Gran Bretaña, los atentados terroristas en ningún caso impidieron que sus gobiernos volvieran a recibir la confianza de la ciudadanía que les refrendó en sus procesos electorales. Pero en ninguno de ellos, esas elecciones se celebraron al tercer día de tan terroríficos acontecimientos.
Ir a votar en tan tremenda situación no era lo más adecuado, porque claramente la opinión ciudadana estaba totalmente condicionada por lo sucedido. Las reacciones de la gente pueden ser a veces contraproducentes en situaciones de tan alto nivel de sugestión donde las emociones y las ideas se descontrolan. En aquella ocasión no iba a ser diferente.
La propaganda mediática se excedió más allá de lo meramente profesional, para de forma sesgada, partidista e interesada, influenciar todavía más a una población desconcertada tras lo ocurrido, enumerando los actos erróneos y las decisiones más controvertidas cometidas por el gobierno del Partido Popular.
El eslogan de “España necesita un gobierno que no nos mienta” en clara referencia a que en un primer momento se pensó que había sido ETA, sustituyó a todos los programas electorales de los partidos políticos.
El PSOE descaradamente desarbolado, con claro aprovechamiento de esos atentados para intentar ganar en unas Elecciones que todos los sondeos hasta ese día le mostraban claramente su fracaso, por primera vez en la Democracia Española, algunos miembros de ese Partido Socialista se saltaban la Jornada de Reflexión, para incumpliendo ese precepto normativo de obligado cumplimiento, convocar manifestaciones frente a la Sede del Partido Popular en Madrid la tarde noche del sábado 13 de marzo, unas horas antes de abrir los colegios electorales.
Una estrategia sucia y rastrera de la cual el PSOE se desmarcó rápidamente para no afrontar responsabilidades judiciales, pero es sabido que miembros principales de ese Partido eran los instigadores de esa concentración. No quiso investigarse a título individual quiénes eran esas personas que supuestamente convocaban a la gente para manifestarse ilegalmente.
Todo se justificó con la consabida propaganda de que las emociones y las reacciones se debían al descontento ocasionado por el Gobierno, que de forma improvisada fomentó que las personas salieran a protestar a la Sede del Partido Popular. Y desde aquel entonces, todas las mentiras y decisiones controvertidas que se toman en ese Partido Socialista se justifican de igual manera. Y ahí continúa.
En definitiva, durante estos últimos veinte años han tratado de convencer sin éxito alguno, excepto a su minoría sectaria e ideologizada, que el resultado de aquellas elecciones del domingo 14 de marzo de 2004 las ganó el Partido Socialista y las perdió el Partido Popular, por decisión espontánea, responsable, y sobre todo objetiva, de la ciudadanía española. Una falacia, pero Palabra de PSOE.
De todas formas, a estas alturas ya debiera dar todo igual, pues las mentiras son el argumento de veinte y cuatro horas diarias que a día de hoy, habiendo perdido elecciones en la mayoría de los territorios de España, continúa en la Moncloa decidiendo los disparates para un país sin destino, sin proyecto, … sin futuro cierto… “España merece un gobierno que no nos mienta”, son las palabras de un PSOE de hace veinte años que ha hecho de la mentira su manera de sobrevivir políticamente. Lo más grave, es que los miembros de esa Organización Política actualmente sonríen, carcajean y jalean lo indefendible con una tan ridícula como estúpida frase: Son cambios de opinión. Un insulto de la ignorancia a la inteligencia, esgrimido por la cretina defensa a la injustificable hipocresía.
La Justicia confirmó la autoría de aquellos atentados a personas originarias de Marruecos vinculadas al Grupo Islámico Combatiente Marroquí y la célula responsable de los atentados de Madrid basaba su financiación exclusivamente en el tráfico de drogas que mayoritariamente se consumía en España. Se concluye que financiaron los Atentados Terroristas del conocido 11M las personas drogadictas consumidoras españolas y también de otras nacionalidades que residían o se encontraban de paso por vacaciones en nuestro país.
Jamal Ahmidam. Considerado el jefe de la trama de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, recibió ayuda para entrar ilegalmente en España después de salir de la cárcel en Marruecos donde había cumplido una condena por tráfico de drogas. Fue el encargado de negociar la adquisición de los explosivos utilizados en los atentados. Se le tenía fichado como delincuente común que trapicheaba con todo tipo de estupefacientes. Se conocieron sus viajes al País Vasco, sobre todo a Bilbao y San Sebastián. El día de Nochevieja de 2003, dos meses antes de los atentados, le disparó en una rodilla a Larbi Rauchi en el bar Txikia, Bilbao, por una supuesta deuda de narcotráfico. En enero de 2004 alquiló en Madrid la vivienda donde se montaron las bombas utilizadas en los trenes, formalizando el contrato de alquiler con documentación falsa. Se suicidó en el piso de Leganés junto a otros 6 compañeros el 03 de abril de 2004. También moriría, por causa de la explosión que ocasionaron los siete terroristas que se inmolaron, uno de los miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional, el agente Francisco Javier Torronteras Gadea que intentaba detenerlos. A Jamal se le conocía también por los apodos de el “Chino” y “Mowgli”. (Nombre del personaje de ficción en el Libro de la Selva) Procedía de Tetuán, Marruecos.
Serhane Ben Abdelmajib. La Fiscalía, la Policía y la Audiencia Nacional controlaban sus movimientos desde casi un año antes. Considerado fundamentalista religioso, recaudaba fondos de las Mezquitas para la Yihad. Trabajaba en una inmobiliaria de Tetuán, no en Marruecos, sino en el distrito madrileño de mismo nombre que la ciudad marroquí, desde la cual alquiló la vivienda cuyo contrato firmó Jamal Ahmidam. El dueño de esa casa se encontraba en la cárcel acusado de pertenecer a Al Qaeda. En septiembre de 2003, en el proceso de recaudación de fondos se relaciona con el Imán de la Mezquita de Toledo, Hicham Tensamani, quien sería detenido por su implicación en los atentados del 16 de mayo de 2003 en Casablanca, Marruecos. De las últimas recaudaciones efectuadas, gran parte es enviada a Afganistán, y otra se destina a financiar sus actividades en Madrid. Se casó con una joven marroquí de 16 años por mediación de un hermano de ella, Mustafá, determinante en la decisión de ese matrimonio y que también se encontraba cumpliendo prisión en Marruecos por su participación en los atentados de Casablanca. Esta mujer sería la que avisó a la Policía de que había recibido una llamada de su marido para despedirse, ya que pretendía inmolarse junto con otros terroristas, suplicando que hicieran lo posible para impedirlo. Quienes conocieron a Serhane, afirman que estaba lleno de odio hacia todo lo que él creía que era antimusulmán, incluso en las mezquitas tenía problemas porque le parecía que los mensajes y las enseñanzas no eran lo suficientemente contundentes. Accedía con frecuencia a internet para visualizar la Página Web Global Islamic Media, desde donde un comité de sabios de Al Qaeda recomendaba un atentado en España antes de las elecciones para forzar al gobierno la retirada de las Tropas Españolas de Irak. Sentía que él debía ser quien llevara a cabo esa acción. Murió el 03 de abril de 2004 en el piso de Leganés situado en el número 40 de la calle Carmen Martín Gaite, Madrid. Se le conocía con el sobrenombre del “tunecino” por ser originario de Túnez.
Extraña pareja la de un delincuente común y un fundamentalista religioso, que conociéndose poco tiempo antes de los atentados, y que habían llegado a España a mediados de los años 90, uno ilegalmente y el otro para estudiar económicas en la Universidad Autónoma de Madrid, se radicalizaran de tal forma, que luego juntos fueron capaces de preparar y ejecutar uno de los mayores atentados de la historia de Europa.
Abdelilah El Fadoual. Considerado amigo íntimo de Jamal Ahmidam, es quien le facilitó la entrada ilegal en España, varios coches robados y le preparó la documentación falsa. En algunos de esos vehículos transportaría los explosivos utilizados en la sangrienta y terrible masacre que provocaron aquel fatídico día del mes de marzo en Madrid. Bastante implicado en la financiación económica de los atentados con la venta y el tráfico de drogas, sólo sería condenado a 9 años de prisión por pertenencia a banda armada. Natural de Tetuán, Marruecos.
Rabei Osman El Sayed. Muy ligado a Mohamed El Sayed Atta. El egipcio que secuestró uno de los aviones y lo estampó contra la torre norte del World Trade Center de Nueva York, Estados Unidos, el 11 de septiembre de 2001. En España, Rabei El Sayed formó su propio grupo. No le resultó difícil, pues era una persona conocida y con cierta relevancia en la estructura de Al Qaeda cuando decidió venir a Madrid y convivir con Serhane Ben Abdelmajib, el “tunecino”. La policía criminal alemana ya le había detenido en 1999 por sus vínculos terroristas yihadistas. Considerado como el autor intelectual o inductor de los atentados, así como por pertenencia a banda armada, se pidieron 38.962 años de cárcel. Se fue de España unos pocos días antes del 11 de marzo de 2004. Se encontraba en Italia cuando ese mismo día 11 de marzo se le interceptó una llamada en la que reconocía que lo ocurrido en Madrid había sido idea suya. Estando en prisión provisional en Italia pendiente de juicio por pertenencia a banda armada, en diciembre de 2004 fue extraditado a España temporalmente y en el juzgado negó rotundamente ese reconocimiento manifestando que no tenía nada que ver con lo sucedido en Madrid. Devuelto a Italia en abril de 2005, allí fue condenado a 10 años de cárcel por pertenecer a una banda armada. Fue absuelto como autor intelectual e inductor de la masacre madrileña por no probarse su implicación en los atentados, y también se le absolvió de pertenencia a banda armada por haber sido condenado por ese mismo delito en Italia. Originario de Alazizya-Sannou, Egipto, se le conocía por el apodo de el “egipcio”.
Hassan El Haski. Se le detuvo en diciembre de 2004 en la Isla de Lanzarote y se le consideró presunto jefe en España del Grupo Islámico Combatiente Marroquí. Sería señalado como uno de los autores intelectuales de los atentados y por ello se pedían 38.962 años de cárcel. Condenado sólo a 15 años de prisión por integrante en banda armada, el Tribunal Supremo rebajó la condena a 14 años al considerar que era el tiempo máximo para ese delito. En octubre de 2008 el Consejo Ministerial de España aprobó la extradición para ser entregado a las autoridades marroquíes como presunto autor en los atentados suicidas del viernes 16 de mayo de 2003 en Casablanca. Nacido en Guelmim, Marruecos.
Youssef Belhadj. Tres días antes de los atentados, el lunes 8 de marzo, alquiló el piso de Leganés donde se inmolaron 7 terroristas. Había huido y se le detuvo en el año 2005 en Bélgica. Señalado como portavoz militar de Al Qaeda en Europa y considerado uno de los tres autores intelectuales, junto a Rabei Osman y Hassan El Haski, se le pedían 38.962 años de prisión, pero sería condenado sólo a 12 por pertenencia a una Organización Terrorista Yihadista. Era el portavoz, de los que actuaron en los atentados, en el vídeo que el sábado 13 de marzo de 2004, Jornada de Reflexión, se encontró en una papelera en los alrededores de la Mezquita de la M30, previo aviso a Telemadrid. Originario de Touzine, Marruecos.
Rafa Zouhier. Se le pidieron 38.962 años de cárcel. Sólo sería condenado a 10 años de prisión por colaboración con banda armada. Era confidente de la Unidad Central de Información de la Guardia Civil. En la cárcel, unos años antes, había conocido a José Antonio Toro Castro y a través del cual conoció a su cuñado José Emilio Suárez Trashorras. Zouhier haría de enlace y puso en contacto a Jamal Ahmidam y a Suárez Trashorras para la adquisición de los explosivos que se utilizaron en los atentados. La curiosidad, o cuanto menos la sorpresa, es que Zouhier alertó al miembro de la UCO en la Guardia Civil que lo controlaba, ( **VÍCTOR**) de que Suárez Trashorras trataba de vender explosivos en Madrid desde un año antes, marzo de 2003. Después de los atentados, este tal (**Víctor**) contactó con el comandante Jambrina de la Comandancia de Asturias, solicitando que no trascendiera a la opinión pública la nota informativa que le remitió en marzo de 2003 sobre la tenencia de 150 Kg de explosivos por parte de José Antonio Toro y de la cual le había informado Souhier. Es decir, la Comandancia de la Guardia Civil de Asturias conocía también que estos cuñados estaban moviendo y comerciando con explosivos desde un año antes. Zouhier, tras cumplir condena, en marzo de 2014 sería expulsado a su país. Casablanca, Marruecos.
Jamal Zougan. Condenado como autor material a 42.922 años de prisión saldrá de la cárcel el 02 de marzo de 2044, por ser considerado responsable de 193 asesinatos, dos abortos, 1.856 asesinatos en grado de tentativa y por varios delitos de estragos por terrorismo y pertenencia e integración en organizaciones terroristas. Es originario de Tánger, Marruecos.
Otman El Gnaoui, también condenado como autor material, tiene prevista su salida de la cárcel el 02 de marzo de 2044. Es originario de Tetuán, Marruecos.
Mohamed Bouharrat. Condenado a 12 años de prisión por pertenencia a banda armada. Supuestamente salió de la cárcel en el mes de octubre de 2022. Se le vinculó con el alquiler del piso de Leganés donde se inmolaron 7 terroristas. Es originario de Tánger, Marruecos.
Hamid Ahmidam. En principio su condena era de 23 años por pertenencia a banda armada y posesión de 60 kilos de droga. Ejerció como vigilante de la casa en Morata de Tajuña que le alquiló su primo Jamal Ahmidam al “Tunecino” a través de la inmobiliaria en la que trabajaba y donde se planificaron y montaron las bombas utilizadas en los atentados. El Tribunal Supremo le rebajaría la pena de prisión a 12 años al absolverle del delito de drogas. Quedó en libertad en marzo de 2017 y se le expulsó a Marruecos donde tenía pendiente una condena por tráfico de estupefacientes. De Tánger, Marruecos.
Fouad El Morabit. Pasajero de uno de los vehículos donde viajaban los terroristas al ir a cometer los atentados. Estaba bajo vigilancia por orden del Juzgado Central Número 4 de Madrid al sospecharse que pertenecía a una Célula Yihadista. Aún así, esquivó la vigilancia y pudo colaborar en tan tremenda conspiración. Condenado a 12 años de prisión por integración en organización terrorista, sería expulsado a Marruecos tras su puesta en libertad en marzo de 2016. De Nador, Marruecos.
Nasredine Bousbaa. Antes de los atentados ya había tenido problemas en España con las autoridades por su colaboración con islamistas radicales. Se le pidieron 13 años de cárcel pero se le condenó sólo a 3 años por falsificación de documentos. En noviembre de 2006 se le detuvo en Madrid por facilitarles la entrada en España y colaborar con un grupo de muyahidines procedentes de Irak. Nació en Constantina, Argelia.
Basel Ghalyoun. Se le acusó de autor material de los atentados. Unos testigos le reconocieron como pasajero en uno de los trenes siniestrados. Con anterioridad al 11 de marzo de 2004 ya estaba siendo vigilado por una Brigada Policial de Madrid al vincularlo con la formación de un grupo radical yihadista. Fue condenado a 10 años de cárcel, pero el Tribunal Supremo le absolvió en julio de 2008 por falta de pruebas concluyentes. Llevaba 4 años en prisión y fue extraditado a Siria donde las autoridades de ese país le encarcelaron en régimen de incomunicación. Natural de Homs, Siria.
José Emilio Suárez Trashorras. Saldrá de la cárcel el 2 / 3 de marzo de 2044. Cooperante necesario para que fueran posibles los atentados del 11 de marzo de 2004, se le condenó a 34.715 años y 6 meses de prisión. Ex-minero y también confidente de la policía, se le acusó de facilitar el robo de los explosivos en la mina Conchita situada en Belmonte de Miranda, Asturias, a sabiendas de que serían usados en los atentados. A sabiendas, se recalcó, de que el destino de esos explosivos sería para cometer el asesinato indiscrinado de personas inocentes. Le fue suministrando el material en varias ocasiones a Jamal Ahmidam, conocido con los sobrenombres de el Chino, o Mowgli, a cambio de dinero y drogas y que se inmoló en el piso de Leganés junto a otros 6 terroristas. Suárez Trashorras había sido detenido el año 2001, tres años antes de los atentados, por tenencia, tráfico de explosivos y venta de drogas. Fue cuando accedió a ser confidente policial, pero en ningún caso informó a las Autoridades Policiales de lo que se pergeñaba en Madrid. Natural de Avilés, ciudad del Principado de Asturias, España.
José Antonio Toro Castro. Supuestamente cumplió su condena en el año 2022. Ya estaba disfrutando del tercer grado desde marzo de 2021. También había sido detenido en 2001 en el marco de una operación policial denominada Pipol junto a un grupo de traficantes gallegos y a quién tres años después, febrero 2004, se convertiría en su cuñado, Suárez Trashorras. En aquella operación se les incautaron gran cantidad de drogas, (cocaína y hachís), junto con unos 16 cartuchos de dinamita y 94 detonadores eléctricos industriales sensibles por retardo, hallados en una de sus cocheras de Avilés. De profesión delincuente, fue detenido a los pocos días de los atentados en Madrid, debido a la conexión establecida con su cuñado y a los antecedentes del tráfico y tenencia de explosivos. Sólo se le condenó a 4 años de cárcel, pero por la operación Pipol de 2001 sería condenado a 17 años de prisión. Originario de Avilés, Principado de Asturias, España.
Gabriel Montoya Vidal. En el momento de los atentados era sólo un adolescente de 16 años. Las casualidades hicieron que conociera a José Emilio Suárez Trashorras hacia finales del año 2003, para el cual empezó haciendo trapiches de venta de drogas en Avilés. Trashorras, la noche antes de su boda, víspera de San Valentín de 2004, en una especie de despedida de soltero muy particular, se llevó a Gabriel a un pueblo de la costa cerca de Avilés, donde consumieron coca y alcohol. Además se liaron a tortas con otra persona a la que rompieron un diente de un puñetazo. Regresaron a Avilés y continuaron la juerga con más coca y más alcohol poniendo fin a su fiesta de más de doce horas, apenas dos antes de la celebración de su boda con Carmen Toro, hermana de José Antonio Toro Castro. Gabriel supuestamente agotado se iría a la cama, pues no estaba invitado a esa fiesta matrimonial. Hacía pocos días que había regresado de Madrid donde había entregado una mochila con dinamita por encargo de Emilio a un tal Jamal Ahmidam, el chino o mowgli, yendo en un autobús de la compañía asturiana ALSA. Cobró por ese encargo unos 1000 ó 1200 €uros.
Aceptó su culpabilidad y reconoció haber ejercido de correo con los explosivos aunque en un primer momento no supo que se trataba de dinamita, pues Emilio no le dijo lo que transportaba y él tampoco le preguntó. Lo sabría unos días más tarde a través de otra persona, Iván Granados, al que le preguntó por qué sabía eso, y Granados le respondió que había ayudado a Emilio a robarlos de una Mina pero que se negó a transportarlos a Madrid. Unos 15 kilos de explosivos.
En el juicio, el joven Montoya Vidal que ya tenía 19 años, comentó que volvió a ver al Chino o Mowgli en Avilés con Suárez Trashorras varios días después de haberle dejado los explosivos en Madrid. ““Recordó que una tarde acompañó a José Emilio, a mowgly y a otros dos moros hasta Mina Conchita. Según la fiscalía, esos dos “moros” eran Abdenabi Kounjaa y Mohamed Oulad Akcha, que fallecieron junto a Jamal Ahmidam (el chino) en Leganés"". Fueron a la mina en un Toyota Corolla donde iba él con Suárez Trashorras y en un Golf negro Mowgly y los otros dos acompañantes. Él se quedó en el coche al lado de la carretera. ““Las otras personas que acompañaban a Mowgly también se quedaron en el coche. Trashorras y el chino tardaron en regresar entre una media hora y cuarenta y cinco minutos””. Cuando regresaron al coche oyó como Emilio le decía al chino que no se le olvidara recoger las puntas (clavos o tachas) y tornillos, que estaban quince metros más adelante.
Volvieron a Avilés, y el chino con sus dos acompañantes también de raza árabe, se fueron a comprar unas mochilas. Después regresaron otra vez a la mina. En esta ocasión Gabriel fue con el chino en un Ford Escort de color blanco y el Golf negro les siguió detrás. ““Yo me quedé en el coche y los otros se fueron a la mina. Me dijo José Emilio que me quedara ahí por si venía la Policía””. Portaban unas cuatro o cinco mochilas grandes de color oscuro y mientras esperaba el adolescente se quedó dormido, calculando que estarían en la mina una hora y media más o menos. ““Las mochilas bajaron completamente llenas y le pregunté más tarde a Trashorras para qué querían los explosivos. Me dijo que era para robar joyerías, para reventar los cristales””.
Se estima que eso ocurriera desde la tarde noche del sábado 28 y la madrugada del domingo 29 de febrero de 2004, pues serían varias las idas y venidas desde el garaje de Trashorras a la Mina hasta completar un montante de 200 kg de dinamita que luego ya casi de día, trasladaron a Madrid. Tras las explosiones del 11 de marzo de 2004, Suárez Trashorras le comentaría al jovencísimo Gabriel: ““menuda la que armó el Mowgli””. Montoya Vidal es el primer condenado por los atentados del 11M a una pena de 6 años de internamiento y a otros 5 de libertad vigilada. De Avilés. Principado de Asturias. España.
(Esta última parte sobre las personas implicadas es un resumen de lo publicado en la prensa y de lo leído en artículos de opinión y en varios libros publicados con el 11M como protagonista)
En definitiva, de las 26 personas juzgadas, no todas se encuentran relacionadas en este artículo debido a que fueron absueltas o condenadas a penas irrelevantes, sólo tres continúan en prisión en España y se calcula que continuarán presos los próximos veinte años. Hasta el 2044.
Yo no creo en conspiraciones ni en paranoias extrañas. Aquel acto terrorista ocurrió porque el fanatismo de las personas las unió y las conjuró, para en unas rocambolescas decisiones ejecutar lo planeado por delincuentes corrientes y molientes a los que la Policía, Juzgados y Guardia Civil, no las creyeron relevantes y ni muchos menos, capaces de desarrollar lo que lamentablemente luego sucedió. Varios implicados en los atentados de mayo de 2003 en Casablanca, Marruecos, vivían tan tranquilamente en España continuando con sus actividades delictivas.
Bastante cuestionable sin duda, ese papel que no jugaron convenientemente los Juzgados y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Jamal Ahmidam (el chino o mowgli) y Serhane Ben Abdelmajib (el tunecino), fueron conscientes de que se produciría el cambio de Gobierno en España al conocer que el Partido Socialista había ganado las elecciones. No supieron, porque el 3 de abril se habían inmolado en el piso de Leganés a los 20 días de cometer los atentados, que José Luis Rodríguez Zapatero juró el cargo de Presidente del Gobierno de España el 17 de abril de 2004 ante el Rey Juan Carlos I y al día siguiente, 18 de abril, accedió a conceder sus reivindicaciones tras su sangrienta acción, al comunicar oficialmente la retirada de las tropas españolas de Irak.
Fue la primera vez que el Gobierno de España concedió las peticiones de un Grupo Terrorista. Nunca antes, que se sepa, los Gobiernos de otros países habían accedido a las solicitudes reivindicadas con acciones violentas. El gobierno del PSOE accedió a esa primera recompensa para los cobardes suicidas, y desde entonces toda su política ha sido pusilánime (sin valor ni espíritu para afrontar situaciones peligrosas o arriesgadas) con una constante bajada de pantalones sumisa ante todos los tipos de chantajes que le han planteado como Partido Político gobernante en España.
A los siete días, el 24 de abril de 2004, don José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno de España, realizó su primer viaje oficial a un país extranjero: Marruecos…
Fin de este Primer Apartado de II, del XII (último)