Si malos son los “amenazadores” que han surgido como chinches últimamente por estos pagos de Dios -algunos son nacidos aquí-, qué decir de los “correveidiles políticos”, una clase muy especial que anida a la sombra de algunas instituciones públicas y de no pocos partidos que tienen una habilidad especial para la supervivencia. Nos han contado la historia de un correveidile muy cercano a las tesis del centro para la derecha que se está dedicando a intentar arruinar la imagen de determinado grupo empresarial. Lo bueno para esta empresa es que el correveidile es de sobra conocido, todo el mundo sabe de lo que es capaz. Tanto él como los de su especie no son más que pobres desgraciados que se dedican a clavar puñaladas por la espalda a diestro y siniestro a cualquier precio. ¡Vaya dignidad, cristiano!
LOS CORREVEIDILES POLÍTICOS
19 de abril de 2007, 14:10