Si malos son los “amenazadores” que han surgido como chinches últimamente por estos pagos de Dios -algunos son nacidos aquí-, qué decir de los “correveidiles políticos”, una clase muy especial que anida a la sombra de algunas instituciones públicas y de no pocos partidos que tienen una habilidad especial para la supervivencia. Nos han contado la historia de una correveidile muy cercana a las tesis del centro para la izquierda que se está dedicando a intentar arruinar la imagen de determinado grupo empresarial y de algún que otro medio. Lo bueno para esta empresa es que la correveidile y sus compinches son de sobra conocidos, todo el mundo sabe de lo que son capaces. Tanto ella como los de su especie no son más que pobres desgraciados que se dedican a clavar puñaladas por la espalda a diestro y siniestro a cualquier precio. ¡Vaya dignidad, cristiano, aunque Roma no paga a traidores! Lo iremos viendo.
LOS CORREVEIDILES POLÍTICOS
2 de agosto de 2007, 22:57