Este día es peligroso para los medios de comunicación. No podemos ni debemos hacer nada que pueda provocar el quebranto de la estabilidad del voto. Estamos en la conocida como “jornada de reflexión”, el día antes de que todos los ciudadanos acudan a las urnas a depositar su voto. Esto no quiere decir que no haya gente que ha intentado adentrarse en esta importante e inviolable jornada con algún que otro mensaje subliminal y no tan subliminal. Por nuestra parte, hemos mirado con lupa todo lo que ha sucedido a lo largo del viernes para dar cuenta únicamente de aquellas cuestiones que realmente se escapan a la posible influencia o manipulación de nuestros lectores, los cuales, todo hay que decirlo, son lo suficientemente inteligentes como para no dejarse orientar por nada ni por nadie. Nos cuentan desde todos los partidos que el cansancio ha hecho mella en muchos candidatos. Sabemos incluso que alguno no sólo ha bajado peso (a más de uno le venía bien) sino que ha bajado en moral, después de lo que han tenido que escuchar en el contacto directo con los ciudadanos. Nos llama la atención la alegría y el entusiasmo de muchos de los jóvenes que se presentan a estas elecciones, lo que nos hace recobrar, en esta sección tan curada de espanto, la fe perdida en el desarrollo de la política. Una vez que pase esta jornada de reflexión volveremos a nuestro tono duro y crítico. Hay alguno que va a desear que todos los días sean jornada de reflexión.
