Este martes recibimos la queja de Isla Alternativa por el destrozo que han sufrido varios de sus carteles, algunos situados estratégicamente como el que se encuentra en un pequeño montículo que da a la Circunvalación de Arrecife. Lo primero que tenemos que hacer, porque hemos comprobado que es cierto, es censurar estos actos de vandalismo electoral. Una cosa es que le pinten bigotes o gafas a un candidato, que ocurre y suele ser producto del más simpático chiquillaje, y otra muy distinta es que destrocen lo que tanto esfuerzo y dinero cuesta colocar simplemente para hacer daño en las urnas. Eso no quiere decir que se pueda acusar directamente a los ex compañeros de Pedro Hernández de estar detrás de la acción, por mucho que, como está sucediendo, sólo quede en pie la palabra “alternativa”. De hecho, gente de Alternativa se pusieron en contacto con esta redacción para criticar también estos actos, y para asegurar que ellos también están siendo víctimas de un sabotaje parecido. Esperemos que no lo esté haciendo nadie vinculado con la política y con algún partido.
