¿Alguien recuerda cuántas veces hemos colocado en esta sección quejas sobre el tristemente famoso Puesto de Inspección Fronteriza (PIF), alguien recuerda los años que los profesionales de esta casa se están partiendo la cara con los políticos para que intenten convencer a Madrid y a la Autoridad Portuaria de que lo necesitamos como agua de mayo? Sí, la respuesta es muchas. Han sido infinidad de ocasiones las que hemos lamentado la falta de peso de nuestros representantes públicos en Madrid, incapaces durante los distintos gobiernos socialistas y populares de conseguir algo tan sencillo como que se instale el PIF en Lanzarote. La última que recordamos tiene que ver con el ínclito diputado nacional Cándido Reguera, quien vendió la moto a todo el mundo de que lo del PIF estaba resuelto, que era cuestión de días, de que se contratara al personal y poco más. Nada de nada. Nuestro representante insular en Madrid, Marcos Hernández, ha hecho tres cuartos de lo mismo, ha hablado del tema, ha asegurado que la cosa estaba más o menos, pero no ha conseguido nada. Ahora han sido los empresarios de la Cámara de Comercio de Lanzarote, a los que esta sociedad debería reconocer ya alguno de sus muchos méritos, los que han vuelto a poner el dedo en la llaga. Después de viajar a Agadir para analizar las posibilidades de negocio, que al parecer son muchas, los empresarios se han topado de frente con la triste realidad que supone ver cómo toneladas y toneladas de fruta que salen cada día del país vecino (no siempre amigo), Marruecos, pasan de largo por Lanzarote porque tienen que ir a Gran Canaria para que les hagan el control fitosanitario. Con lógica, con toda la razón del mundo, los empresarios han vuelto a poner el grito en el cielo. Resulta demencial que Lanzarote siga aguantando esta situación, que tenga que soportar, sabemos que porque a la Autoridad Portuaria no le da la gana resolver el asunto, que no se descarguen directamente los productos porque nadie es capaz de lograr que se abra una simple oficina del PIF. Va siendo hora ya de que se reavive el movimiento, de que se vuelva a hablar de este tema. Nosotros, por desgracia, sólo tenemos fe en los empresarios de la Cámara de Comercio, que son los únicos que se están moviendo. Si tenemos que confiar en nuestros políticos, podemos seguir sentados viendo cómo pasan los barcos rumbo a Gran Canaria.
LOS EMPRESARIOS Y EL PIF
24 de abril de 2007, 14:37