Como se pueden imaginar los lectores que siguen los muchos líos que acontecen en torno a la política local, existe en estos momentos un tremendo enfado en las filas del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) y del Centro Canario (CCN). No es para menos. La Junta Electoral de Canarias ni siquiera atendió finalmente el recurso que presentaron contra la decisión de contabilizar los votos de su candidatura sólo en el ámbito insular, sin tener en cuenta que forman parte de una plancha común que se presenta en todas las Islas bajo el paraguas centrista que aspira a superar el tremendo seis por ciento de los votos de toda la región. A pesar de ese enfado, gente como María José Docal, que es la que está llevando más de cerca el asunto, se muestran optimistas. Consideran que es de justicia que la Junta Electoral Central resuelva finalmente a su favor, avale las tesis que manejan y que tan bien explicó este miércoles en rueda de prensa Rafael de León. Desde luego no parece justo que se ponga una traba de esta magnitud a dos formaciones que no se caracterizan precisamente por hacer las cosas mal. Todo lo contrario. Si finalmente la Junta Electoral Central no admite su recurso, cosa que insistimos en que no se contempla en estos instantes en las dos formaciones, el lío sería tremendo. Tendrían que concurrir con la plancha actual, es decir, mezclando gente de los dos partidos, y compitiendo por superar nada menos que el treinta por ciento de los votos en Lanzarote o ser la lista más votada, lo que es difícil pero no imposible. De todos modos, habrá que esperar la decisión de la Junta Electoral Central. Esta, eso sí, no podrá alegar lo del plazo para echar por tierra los argumentos expuestos por los dos partidos.
