La playa de Flamingo, lo decía la propia María José Docal, como consecuencia del abandono a que la han sometido el concesionario y también Costas, ha supuesto que turistas nórdicos en número de 20.000 se manden a mudar de Lanzarote. Hay que exculpar en este sentido al Cabildo insular y al propio Ayuntamiento de Yaiza, y tenemos que recordar al señor Fernández, director general de Costas, que las dilaciones que se siguen produciendo en este lugar del litoral conejero hieren de muerte al sector turístico, ahora en decadencia. No cabe aquí y ahora palabras bonitas y promesas mentirosas, y si el concesionario abandona sus obligaciones, pues anular la concesión ya, y a buscar a instituciones o particulares que con solvencia arreglen este entuerto. Marcos Hernández, senador por Lanzarote, sabemos que se ha preocupado por esto y recientemente en este mismo medio de comunicación reafirmaba que la voluntad de Costas era concluir con este estado de cosas que desprestigian de cara al complejo mundo de las promociones turísticas.
Espero que “Machaquito” tome nota de lo que decimos y ponga manos a la obra y se deje de hacer tonterías y de disparatar torrencialmente. Los sueldos de los profesionales políticos se deben justificar con trabajo y dedicación plena, y no con machangadas dialécticas.