Y si de insectos hablamos, que también sabemos, vamos a detenernos brevemente en las andanzas y desventuras del Zángano, ese bicho que vive como un marqués en las colmenas esperando a que el resto de las abejas haga el trabajo por ellos. Nuestro Zángano, que tiene mucho tiempo para pensar porque ahora ya no se le conoce trabajo más allá de la política, es un consumado especialista en poner zancadillas, aunque los tropezados sean de su misma especie. Parece, sin embargo, que el tiempo también le va a colocar en su sitio, después de que fuera un día sí y otro también presumiendo de que era el rey de la colmena. Nos cuentan que a más tardar en la jornada de este viernes alguien va a llamar a su puerta para ponerle colorado, para pasarle determinada factura por las zancadillas del pasado. Roma no paga a traidores, y en este caso ... no paga a zancadilladores. ¿Lo entienden? Que nadie se preocupe, que lo iremos aclarando en estos días.
EL ZÁNGANO DE EXTRAÑOS ANDARES
24 de agosto de 2007, 22:38