Independientemente de la decisión final que haya de tomar el día 14 de los corrientes (14-D) el juez del Número Uno de los de Arrecife con respecto a la querella presentada por la consejera Astrid Pérez contra su antecesor en el cargo Carlos Espino por su pésima gestión al frente de lo que va quedando de los Centros Turísticos, un concreto medio de comunicación ya tiene en la cocina (es una forma periodística de hablar, aunque se preste al chiste fácil por lo de la otra cocina más cara del mundo que nos costó a todos los conejeros lo que no está en los escritos… ni en los registros de entradas y salidas) la que puede ser la noticia-bomba que cierre informativamente el convulso 2010 en esta pobre islita rica sin gobierno conocido.
El notición, en efecto, se está cocinando ya… y finalmente se publicará o no según acabe saliendo imputado o no el mismo Carlos Espino Angulo que cesó de forma y manera fulminante a todos los miembros y miembras del PIL, imputados o no, con los que el PSOE gobernaba en comandita hasta justo anteayer, después de aquel pacto pre y postelectoral al que llegó el impoluto Espino con Dimas Martín estando ya éste en la cárcel, y no precisamente por el delito de no haber pagado los recibos del agua o la luz.
Se puede compartir o no, bonito fuera, esa práctica informativa de la dilación más o menos interesada, pero es una vieja técnica periodística a la que han recurrido las principales cabeceras informativas de todo el mundo y parte del extranjero. Nada nuevo bajo el sol. Aunque también es verdad que a muchos de los que nos movemos en los medios de comunicación no nos hace excesiva gracia la modalidad de marras, como coincidía en comentarme noches atrás una de esas periodistas-lujazo que tenemos en Canarias (le prometí no citar aquí su nombre y todavía me tengo por batatero de palabra, obra y convicción).
El otro debate que también se ha desatado en los medios locales habla sobre la conveniencia de que el mentado Espino, con licencia para insultar a diestro y siniestro, dado su (mal) talante, deba dimitir de sus cargos públicos, políticos, orgánicos e institucionales en el caso de que el juez entienda que hay motivo para imputarle en esa querella cuyo contenido íntegro algunos hemos tenido la oportunidad de leer y todavía no salimos de nuestro asombro, pese a que creíamos conocer bastante de qué pie cojeaba el que todavía es secretario general del PSOE conejero, pese a lo que ya están cantando y vaticinando todas las encuestas realizadas por aquí abajo.
¿Puede Carlos Espino irse de rositas (psoecialistas) después del inminente 14-D? Tengo mis serias dudas, pero puede ser. Cosas mucho más llamativas hemos visto con la Justicia que padecemos en España, donde la necesaria separación de poderes es una quimera, como es triste fama, y a día de hoy y con el PSOE en el Gobierno nacional suena a chiste, a puritito humor negro… y eso que el nada sectario López Aguilar ya no es ministro de la cosa, aunque Rubalcaba sigue donde casi siempre: mandando y manejando casi todos los hilos.
Después de haber visto la documentación que hemos podido ver, con cosas tan sorprendentes (al margen de otras cocinadas) como esos contratos con llamativas cláusulas de confidencialidad donde ambas partes (la pública y la privada; impúdica la primera, privadísima la segunda) se comprometen a guardar secreto sobre negocios que acabamos pagando de nuestros flacos bolsillos todos los lanzaroteños ajenos a las componendas de marras, ¿pueden un juez o un fiscal mirar para otro lado y hacer como que no han visto nada? Por poder…
Casualmente, también este 14 de diciembre se decide el futuro político de Silvio Berlusconi (no confundir con Silvio José, El buen parásito, esa joya humorística de la revista de machanguitos dibujados El Jueves). El parlamento italiano votará en esa misma fecha una moción de censura al Gobierno cuya República todavía preside el gran amante de la silicona femenina (para gustos, colores; para disgustos, olores en Zonzamas). Berlusconi se las sabe todas… o eso cree, pero no es el único que cree también tener todo el control de la Justicia.
A Carlos Espino, la Ejecutiva insular de “su” partido (porque totalmente suyo sigue siendo a día de hoy) le regaló días atrás su respaldo público y publicado ante esa cita judicial del 14-D. O sea, que estamos ante un auto regalo. La noticia hubiera o hubiese sido que esa Ejecutiva insular de “su” partido no lo respalda a él. ¿Seguirá haciéndolo ciegamente en el hipotético caso de que el señor Espino Angulo acabe finalmente con la “denominación de origen” de imputado judicial? ¿Y qué dirían o harían en la Ejecutiva regional, donde todas las encuestas que le llegan desde Lanzarote coinciden, las muy malditas, en señalar siempre al mismo personaje como el más impopular de los que se mueven en el escenario enfangado de la política conejera? (miguelangeldeleon@gmail.com).