Me cuentan de un tal Alfonso Canales (madridista, no les digo más) que se vale de mi ausencia en su tertulia radiofónica para ponerme a caer de un burro con respecto a mi humilde pero justificado y razonado posicionamiento abstencionista (y barcelonista, porque me gusta el fútbol y no el antifútbol). Aprovecha el muy ventajista que no puedo defenderme en su medio en directo (a la hora que él madruga ando yo acostándome) para darles la razón a los que dicen que “hay que votar porque sí”, porque lo dicen ellos, que toca la casualidad que son todos candidatos o militantes de partidos que se presentan a las elecciones y que por lo tanto hablan de forma y manera harto interesada, como salta a la vista. ¿Qué van a pedir los que son arte y parte interesada del negocio en el que se ha convertido el mal uso del sistema democrático?
Son cientos los artículos que uno ha escrito en estos últimos lustros para abogar modestamente, más que por la abstención, por el respeto que hay que tener con el no-partido que viene siendo el más votado en Lanzarote desde los albores democráticos (la nuestra es, junto con Tenerife, la isla más abstencionista de toda Canarias y parte del extranjero, y creciendo comicio tras comicio). Los fundamentalistas del voto y los profesionales de la política no acaban de entender que nada hay más profundamente democrático que el respeto a la mayoría. Y esa mayoría es en Lanzarote, guste o reviente, abrumadoramente abstencionista. Un respetito ahí, por lo tanto, por parte de esos que se llenan la boca hablando todo el rato de democracia y no saben ni de lejos del significado cabal de ese término sobre el que han oído las campanadas pero desconocen dónde está situado el campanario.
Menos ninguneo político y menos desprecio informativo para los que se supone que tenemos el mismo derecho que los demás (los que todavía participan del falso ceremonial), aunque se nos roba el del secreto del voto, pues todos los que no votamos quedamos retratados ante la totalidad de los candidatos y siglas, con lo que eso supone en poblaciones pequeñas donde la mezquindad y el rencor se mueven a sus anchas, como es triste fama. Nuestra humilde voz no es interesada: no cobramos un duro (mucho menos un euro) por reconocernos públicamente como abstencionistas convictos y confesos. ¿Pueden decir los mismos los que optan a seguir viviendo a nuestra costa, o los familiares y trastos viejos de ellos, que interpretan a la perfección lo que conocemos como el voto cautivo?
PD: Ha publicado el diario La Provincia, poca sospechoso de ir contra el PSOE, la lista de los listos e imputados judiciales que se han colados en las distintas listas electorales en prácticamente todos los partidos. La que la tiene más larga (la lista de presuntos corruptos, se sobreentiende) es casualmente el mismo PSOE que se llena la boca hablando sin parar de la lucha contra la corrupción y bla-bla-blá. Para que se vea que todo es mentira, para que quede todavía más claro que nada es verdad.
PD2: Por respeto al medio, los miembros y miembras del PAL (Partido Abstencionista de Lanzarote) no pegaremos carteles en muros ni colgaremos nuestros caretos en las farolas. Predicando con el ejemplo, que se llama. Otros van de “sostenibles” al cubo (de la basura), y me tienen el pueblo llenito de porquería y machangadas propagandísticas. Sepulcros blanqueados los llamó Jesucristo. Partida de mangantes los llamaba mi abuela. Que los vote su tía. (miguelangeldeleon@gmail.com)