lunes. 28.04.2025

De chinijo solía ver con bastante frecuencia corujas en el campo, de regreso a casa por la noche. Ahora es casi imposible asistir a ese espectáculo de la naturaleza. Como el guincho o como el guirre, las corujas van camino de la extinción por aquí abajo. Pero una amiga se topó la otra noche con un ejemplar, y me contó embelesada el feliz encuentro.

El Partido Popular de Lanzarote ha estado barajando seriamente (ejem…) la posibilidad de presentar a las elecciones locales de 2011 como candidato a alcalde del municipio de San Bartolomé, desde donde les escribo, a Francisco Cabrera (Paco para los amigos y demás personas piadosas), de quien se rumorea que ejerce a la sazón como consejero de Cultura –si lo hubiera o hubiese- en el caótico Cabildo, aunque este último extremo no está confirmado en las fuentes consultadas, que me aseguran que cobrar como consejero consta que cobra, pero que trabaje por, para, con, sobre la Cultura, no hay certeza. Mera leyenda urbana y rural: dicen que existe un consejero de Cultura, pero nadie lo ha visto. Tampoco es el primer fantasma que pasa y pasea sus pasos sin huella por el Cabildo conejero y, más en concreto, por esa Consejería maría. Verdad es también que otra leyenda psoecialista y sandunguera afirma, tajante, que hay en Madrid un senador por Lanzarote que trabaja a pecho partido por esta pobre islita rica sin gobierno conocido. ¿Ustedes lo vieron alguna vez? Yo tampoco.

Otro insistente rumor recuerda que este mismo Cabrera que viste y calza como consejero de incógnito ejerció en su día como presidente fugaz (fue visto y no visto, aunque más fugaz aún fue su correligionaria, la presidenta interina Loly Luzardo, para contrastar con su presidencia casi vitalicia en el PP) de ese mismo Cabildo que coge tino ni a la de tres, allá cuando pasaron por la poltrona presidencial siete culos distintos, todos de muy mal asiento. Y quienes todavía hoy defienden su gestión (ejem…) en Cultura dicen que no ha hecho nada porque no tiene un duro, mucho menos un euro. Otros somos de la peregrina idea de que para trabajar la Cultura conviene contar con más cerebro (léase, imaginación) que cuartos. Menos cuentos con las cuentas.

¿El motivo para justificar la candidatura batatera del señor Cabrera? Una razón de peso: actualmente es residente en Güime (Goíme, según los más viejos del lugar), la segunda zona del céntrico municipio lanzaroteño con mayor número de nacidos allende las fronteras insulares, después de Playa Honda. Por esa regla de tres, bien podría don Francisco aspirar a ser candidato al Cabildo de la Gomera, pues según mi “corresponsala” (si hay concejalas hay corresponsalas, según la lógica de la ilógica igualitaria feminoide) suele hacer turismo desde hace años en la colombina isla en donde ordena y manda por los lustros de los lustros el dizque socialista Casimiro Curbelo.

¿Y por qué iba a castigar el PP al segundo municipio más habitado de Lanzarote con este Cabrera que no queda claro si es consejero de Cultura o una coruja en el Cabildo? ¿Qué le hemos hecho los batateros a José Manuel Soria o a Mariano Rajoy? (de-leon@ya.com)

El canto de la coruja (o la leyenda de la Consejería de Cultura)
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