No hablo de Perico Hernández, que sigue controlando El Guincho, sino del “Guirre” cinematográfico, que ha echado a volar por esas salas oscuras. Se estrena así otra película de producción canaria. Detrás y delante de la misma vuelven a aparecer los ya afamados hermanos Ríos (Santiago y Teodoro, o a la inversa), los mismitos que rodaron “Guarapo” en 1987 y la mentirosa “Mambí” hace apenas unos años.
Me informa del estreno Andrea, una habitual lectora tinerfeña de esta columna. Y me adjunta por correo electrónico una suerte de sinopsis de la película: “El protagonista es un hombre que regresa a Canarias después de 40 años de exilio. Sale de las islas como polizón, rumbo a Venezuela, durante la represión de la dictadura franquista, y termina volviendo a Canarias huyendo de esa otra dictadura disfrazada de democracia que sufre ahora Venezuela con el régimen de Hugo Chávez”. Las vueltas que da el mundo. Y, por más vueltas que da, la tentación totalitaria de muchos políticos con vocación de tiranos sigue ahí, latente y presente. Aunque nunca hay que culparlos a ellos, sino a quienes los apoyan y mantienen, por activa o por pasiva.
Es de esperar que esta última producción de los hermanos Ríos sea algo menos tramposa que su anterior largomentiraje (largometraje, quise escribir). La acción de “Mambí” se desarrollaba en la época de la guerra de la independencia de Cuba, allá por 1898, cuando los cubanos lograron perder la dependencia española para conseguir la dependencia estadounidense, hasta que llegó el comandante Fidel Castro y mandó a parar... y así hasta hoy, pasando y penando miserias. El citado bodrio cinematográfico no se tiene en pie, y cuenta una cursi historia de amor como excusa para trocar/trucar un concreto acontecimiento histórico. Lo peor fue que aquella costosa bobería la pagamos todos los canarios, pues fue jugosamente subvencionada entonces por el (des)Gobierno de Manuel Hermoso. Para quedar bien con la subvención nacionalista, la película es un canto a la paranoia tribal y trivial, tan propia de todo separatismo que se precie, sobre todo a la hora de abordar acontecimientos históricos, a los que se les da la vuelta como un calcetín para trocarlos en histéricos arrebatos filoindependentistas. Un camelo, en conclusión. Lo describieron en su día tres profesores de Geografía e Historia: “El resultado, desde el punto de vista historiográfico, es un producto superficial en el que la narración de los hechos históricos naufraga constantemente. El filme refleja, aunque sea parcialmente, la nutrida participación canaria en las filas del bando insurrecto, hecho indudable ya que muchos canarios se identificaron con la causa nacionalista de Cuba. Sin embargo, fruto del acusado talante maniqueo en el que reiteradas veces cae el guión, queda en la oscuridad la no menos destacable implicación españolista de muchos canarios. Un repaso a la prensa canaria de la época nos desvelará inequívocamente la práctica unanimidad, salvo escasas excepciones, en el alineamiento con el planteamiento de una Cuba española”.
Espero que el “Guirre” levante el vuelo con respecto a lo bajo que cayó la tal “Mambí”. Tengo mis dudas y recelos, por venir la cosa de donde viene, pero lo justo es esperar a verla. Veremos, pues. (de-leon@ya.com).