lunes. 28.04.2025

Habrás caído en la cuenta de que está a punto de iniciarse oficialmente la campaña electoral de cara al 22 de mayo del año en curso porque, incluso en vísperas de la misma, ya andan hasta los socios de gobierno haciendo juego sucio para marcar cada uno su terreno, como hacen los animalitos de los documentales televisivos con sus meadas… fuera del tiesto, en este caso. Ni caso a toda esa parafernalia, que es más fuego de artificio que real. Eso sí, los daños colaterales los pagaremos todos los que no tenemos arte ni parte en esa guerra cainita y cafre. Al tiempo.

Habrás visto que los actores del esperpento, sean protagonistas o secundarios, ya están colocando los achipenques donde situarán las caras con más cara (o arrastre electoral, si lo hubiera o hubiese) de la política insular. Todos los candidatos, militantes y militontos calientan o entrenan ya para darse a la democrática tarea (no se me ría nadie) de ensuciar todavía un poco más la caos-pital lanzaroteña y otros pagos conejeros, pegando o colgando carteles a punta pala.

En apenas unas lunas se abrirá la veda en plena madrugada para que todos los partidos, partidarios y partidistas puedan salir a la caza del voto yendo casa por casa a cansar al conejero con sus cuentos. Tendrán durante quince días licencia para mentir… todavía más de lo habitual, se sobreentiende. Que les aproveche, y que no se atraganten con tanta trola a todas horas.

Desde que se produzca ese disparo de salida ya estarán, en cuestión de minutos y con una celeridad que el político en pleno celo electoral no suele darse a la hora de atender las verdaderas demandas ciudadanas, las calles imposibles, repletas de caretos y carotas con caretas extrañamente sonrientes y hasta carcajeantes. Muchos nos preguntamos todavía, a estas alturas del esperpento en el que ha desembocado la política/degradación en nombre de la sacrosanta y nunca vista democracia, de qué se ríen exactamente todos ellos. Es una pregunta retórica, claro, porque ya sabemos de sobra y por amarga experiencia previa que se ríen de todos nosotros… incluso de usted, el que está preparando o pensándose el voto para entregárselo alegremente a los colgados (de las farolas). Tanto anuncio, tanta foto, tanto pito y tanta flauta publicitaria para anunciar la nada elevada al cubo (de la basura, en este caso). Tanto cartel colgado de las farolas y tan pocas luces, si nos ponemos a ver.

Siempre que llegan estas fechas de inminencia electoral, a muchos nos resulta más que gratificante recordar que esta ninguneada y pobre islita rica sin gobierno conocido es la que presenta, de entre todas las de Canarias, el mayor índice de abstención en el Archipiélago desde las primeras elecciones municipales celebradas en 1979. Alguno podrá decir que es un consuelo chiquito, pero eso es según cómo se mire. Y uno siempre mira con buenos ojos la respuesta ciudadana al desprecio político hacia el pueblo con el desprecio del pueblo hacia los políticos que no se merecen ni el aire que respiran, que nos hacen sentir vergüenza de ser de esta tierra cada vez que llega a otras tierras noticias de la desvergüenza pública en forma de oscuridad institucional, transfuguismos masivos, chalaneos constantes, pactos contra natura, repartos obscenos de la tarta y otros malos ejemplos de la mencionada política/degradación que se ha enseñoreado de Lanzarote desde hace lustros, como es triste fama. En caso de duda, véase o léase no más el sumario del Caso Unión y por ahí seguido.

Inevitablemente, va a empezar oficialmente otra campaña electoral. Salúdala con tu total indiferencia hacia esos vendedores de humo. O súmate a la farsa, si no te asquea la misma. (miguelangeldeleon@gmail.com)

Miénteme, como siempre
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