lunes. 28.04.2025

Ya tenemos Policía Canaria. Ya somos importantes. Un respetito ahí. Cuidadito con nosotros. Ahora sólo nos falta tener lengua propia, porque la que tenemos actualmente es la del vecino… que además no se la lava casi nunca, el muy hediondo (“jediondo” en canario).

Les pongo en antecedentes (penales y penosos), para que vean que el bucle y el ciclo nacionalista del “culo veo, culo quiero” no es cosa nueva sino que viene de lejos. El empeño de Coalición Canaria de crear la denominada Policía Autonómica, por aquello del maldito complejo de inferioridad que padece todo nacionalista que se precie y que les lleva a intentar no ser menos que vascos o catalanes, arrancó en su día con el pomposamente denominado Proyecto del Sistema de Seguridad Canario (que sonaba casi al Sistema Antimisiles Atómicos del Ronaldo Reagan, allá cuando se recalentaba la Guerra Fría), y puso en peligro la estabilidad del pacto regional que se traían a mal traer la propia CC y el PP hace ya algunos años, cuando era presidente de Canarias el doctor y actor Román Rodríguez, actualmente fuera de CC y dentro de una cosa que llaman Nueva Canarias o nombrete similar. Boberías o caros caprichitos de ese estilo (no olvidemos tampoco la televisión canaria o Tele-Plátano) colocaron entonces al borde de la ruptura aquel pacto que finalmente acabó por romperse… y que hoy, en junio de 2010, vuelve a estar en las mismas: José Manuel Soria buscándole las cosquillas a Paulino Rivero, y éste diciéndole al presidente del PP aquello tan canario de “si te quieres dir, dite”.

Aquel mismo PP que repetía hasta el cansancio que ellos no querían ni creían en costosas policías o televisiones canarias acabó pasando por el aro, en “aras a la gobernabilidad” (con perdón por el palabro). Y así fue que los canarios “disfrutamos” hoy de una televisión autónoma o autómata (al mando del que manda) y, finalmente, de una Policía Canaria a la que aquí, en esta misma y humilde tribuna del “Si le digo le engaño” rebautizamos lustros atrás como La Guanchancha, y el nombre tuvo tanta fortuna y aceptación que hoy lo repite todo el mundo sin la necesidad ni la necedad de pagarme derechos de autor por la propiedad intelectual. Culpa mía, por supuesto y por descontado, por llevarme tan poco y tan mal con el paisano Teddy Bautista, el que pasó de cantar a contar y cobrar por la cara (la A y la B).

Dada mi mala vida nocturna y disoluta, sufro casi todos los días (noches, mejor dicho) más controles policiales de los que me recomiendan el médico y la Organización Mundial para la Salud (OMS para los amigos y demás personas piadosas, en confianza). Pero, bien mirado, estoy de acuerdo con Juanjo Jiménez en que no es lo mismo que te pare la Policía Nacional o la Guardia Civil y te diga aquello de “queda usted detenido”, a que te pare la Policía Canaria y te diga “tate quieto, caracho”. Parece que no, pero esos pequeños/grandes detalles tranquilizan. Te sientes detenido/retenido igualmente, sí, pero como en casa. Casi como si te parara o parase la parienta. Es otra cosa. Ahí estamos casi todos de acuerdo.

No está clara todavía cualquier otra utilidad o el concreto servicio a prestar por los flamantes agentes de la Policía Canaria (primero se crea el ente repelente, después ya se verá para qué sirve… o no). Se habla de destinar a sus agentes a vigilar edificios oficiales o acechar en bodas, bautizos, entierros y romerías. O que asistan a los partidos de fútbol gratis, y ya de paso le echan un ojo a los aficionados más molestosos. Si la UD Las Palmas consigue mantener la categoría en Segunda A, tendrán trabajo dos veces al año con la reedición del clásico (el mal llamado derby) Tenerife-Las Palmas. Menos aceite da un carozo/caroso… (de-leon@ya.com).

Queda usted detenido, por machango y totorota
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