martes. 29.04.2025

1 de Noviembre. En sus “Crónicas del planeta Tierra”, el enviado especial de un periódico extraterrestre escribe que los seres relativamente racionales que habitan la Tierra se dividen en pensantes y creyentes: "Estos últimos creen cosas rarísimas, pero están firmemente convencidos de que las que son muy raras son las creencias de los demás. En concreto, en un país todavía llamado España una buena parte de los que creen son conocidos como católicos, y quienes administran sus creencias, los llamados curas, se muestran ahora muy orgullosos y piden para sí el mayor de los respetos porque llevan más de un siglo sin quemar a nadie. Antes, lo de quemar a quien no creía lo que había que creer era cosa cotidiana. (...) Los curas son solteros. Han renunciado al matrimonio, pero no necesariamente al acoplamiento con mujeres, aunque lo hagan de tapadillo. De ese ensamblaje de los hombres con las mujeres vienen luego los descendientes conocidos como hijos, lo cual no impide que los curas exijan que los demás les llamen padres (tienen un dicho los terrícolas al respecto: "nunca digas que ese cura no es tu padre"), y obsesionados como suelen estar en que todos se acoplen y ensamblen “como Dios manda”, si bien ya no queman a quienes así no lo hacen, se dedican a hacerle la vida imposible a cuantos se ayuntan cuando y como les da la real gana. Al frente de los curas están los obispos, curiosos y prepotentes individuos que se reúnen cada cierto tiempo en las llamadas Conferencias Episcopales, donde, aparte de maniobrar para ver si pueden llegar a cardenales, se dedican a incordiar y a pedir el oro y el moro a los gobiernos. Para un obispo es importante llegar a cardenal, pues esa jerarquía de acceso a poder ser elegido, si Dios quiere (nunca mejor dicho) Papa de Roma, con lo que dicen que se logra una comunicación directa o el teléfono particular del Ser Supremo que, en forma de paloma, baja de vez en cuando a decirle lo que se cuece en un elevado e indeterminado lugar llamado Cielo. (...) Los curas y demás terrícolas conocidos como clérigos tienen una importante fuente de ingresos en un negocio inmobiliario de muy poco riesgo para ellos: si los católicos son buenos y además tienen lo que más aprecian los terrícolas, que es una cosa a la que llaman dinero, pueden sacarle un buen provecho dándoselo a esos clérigos, para que les reserven acomodo en el Cielo".

La Banca nunca pierde, y es lógico que cuando la Iglesia se mete a banquera saque siempre buen beneficio: estar en permanente contacto con Dios le permite sabérselas todas... y alguna más. Al igual que los funcionarios y los políticos sin escrúpulos que se suben sus sueldos en época de vacas flacas (que saldrán del bolsillo del ciudadano que apenas alcanza a legar a fin de mes), curas y obispos son de los pocos privilegiados que apenas notan la crisis que dicen que hay ahora en todo el planeta y parte del extranjero. Intimar con Dios es lo que tiene: todo son ventajas. (de-leon@ya.com).

Todos los santos
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