martes. 22.04.2025

La misma vaina

Pasaron   las   celebraciones   de   fin   de   año   y   en   breve   llegan   los   Carnavales. La legendaria canción titulada ‘Las cuatro fiestas’, escrita por el maestro barranquillero Adolfo Echeverría, ya fallecido, recapitula de forma magistral el periodo de jolgorio desenfrenado que vive el Caribe colombiano entre principios de  diciembre y  los cuatro días de Carnaval. 

Inspirada en la primera fiesta de las cuatro, la del 8 de diciembre, de homenaje a la Inmaculada Concepción, la letra hace un recorrido por la Noche de Velitas (7 para amanecer 8), Navidad, Año Nuevo y Carnavales, saltándose el día de Reyes Magos, que en el Caribe no es una fiesta de tanto reclamo como en España.

En cualquier caso, sean las fiestas que sean, ya pasó la temporada navideña, la época fuerte de consumo, que desde hace algunos años se anticipa a la última semana de noviembre, con el black friday, otro hito copiado de gringolandia. 
Pasó la  época de mensajes de felicitaciones   en   serie   por   whatsApp,   otros   más personales, que aunque sin adornos o animaciones, muy sentidos y quizá de mayor recordación. Inevitable que algunos de ellos apaguen por un instante la música para darnos un necesario toque de realidad.

Mafalda es un personaje recurrente en los mensajes de quienes tenemos cuarenta y más años pa’ arriba. La niña del genio y valiente Quino acaba de cumplir  60 años en septiembre   y   no   envejece,   y   no   puede   envejecer   porque   la   ruindad   humana rejuvenece: “en el mundo hay cada vez más gente y menos personas”, apunta una de sus reflexiones más citadas. 
Y   como   el   cerebro   privilegiado   de   Mafalda   tiene   para   criticar,   dar   y   repartir, imposible   obviar,   con   toda   la   miseria   que   tenemos   por   delante,   su   histórica consideración de 1 de enero, cuando se levanta y su padre dubitativo termina por confirmarle, ante su pregunta capciosa, que en el mundo todavía no se ha acabado ni el hambre ni la pobreza, y tampoco destruido las armas nucleares: “¿Y entonces para qué cuernos cambiamos de año?”. 

Pero es que hoy también sigue el genocidio en Gaza ante el silencio del mundo, la corrupción política, la desinformación, el desinterés por mejorar el sistema educativo y sanitario, el menosprecio a la ciencia y la cultura, los atentados al medio ambiente, las guerras, incluida la cognitiva, los ataques a la soberanía de países por naciones más poderosas  y  un  montón  de problemas globales  que restan  a  la  esperanza de cambio y que nos llevan a pensar que la ingenua reflexión de Mafalda tendrá vigencia el 1 de enero de 2026, el del 27 y sucesivos.

Por   preocuparnos,   pues   ahora   resulta   que   a   un   sector   de   la   sociedad   española preocupa más que una pareja de cómicos haya enseñado en el show de medianoche del 31 de diciembre en la televisión pública, una estampita que combina la  cabeza de una vaca con la figura del Sagrado Corazón, que problemas tan serios y cercanos como   la   especulación   urbanística,   la   falta   de   vivienda,   la   escasez   de   agua,   el crecimiento  del   número   de   familias   en situación  de   vulnerabilidad,   el   desempleo juvenil o el aumento de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. 

Estos colectivos ultracatólicos  tan  impolutos  vinculados  a  la  extrema derecha  sin embargo no dicen nada sobre los abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica denunciados recientemente por el Defensor del Pueblo, que en un informe cifra las víctimas en 674 personas, o la masacre al pueblo palestino por parte de Israel que suma ya más de 45.000 muertos con bombardeos los últimos días a hospitales y centros sanitarios. 

¿Feliz año?, podríamos decir que es suficiente con uno usado, de aquellos en los que se vivía mejor, como contestó uno de los personajes de Carlitos y Snoopy cuando su interlocutor tuvo a bien felicitarlo por el año nuevo. 

No obstante, a través de la música, siempre reivindicativa y esperanzadora, me llega en contraposición a la vulgaridad ‘+57’, cantada por los reguetoneros Karol G, J Balvin   y   Maluma,   entre   otros   colaboradores,   la   bella   letra   de   ‘Verdadero   +57’ (desconozco su autor), esta sí de verdadero homenaje a la cultura colombiana, que nos anima diciéndonos que hay razones para gritar y luchar “por los niños que son nuestra fuerza” y “por lo sueños que son nuestra esencia”.

La misma vaina
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