El presidente de la Asociación de Consignatarios de Lanzarote, Tomás Fajardo, volvió a denunciar el abandono a que está sometido el puerto de Los Mármoles. Esta vez, dijo que la oficina que supuestamente tiene el Patronato de Turismo para atender los cruceristas permanece el mayor tiempo cerrada, incluso los días en los que hay trasatlánticos atracados. Lo preocupante es que Lanzarote tendrá que asumir en condiciones muy desventajosas la subida de hasta un 32 por ciento del turismo de cruceros. “Creemos que este año será mucho mejor que el ejercicio pasado”, comentó el empresario, quien calcula que más de 150 barcos llegarán a Los Mármoles durante 2007.
En junio y julio, que son meses flojos para el turismo de cruceros, también vendrán buques a la Isla, de tal forma que las infraestructuras para recibir los turistas no caminan en paralelo con el crecimiento del volumen del negocio. “En el año 2008 van a venir cruceros todos los meses”, anotó Fajardo. La programación de los cruceros se hace con mucha anticipación así que desde ya se pueden hacer todas las previsiones con vista a este y al próximo año.
Fines de semana
Más de veinte cruceros atracarán este año entre sábado y domingo. ¿Qué problema hay?, pues que la mayoría de los comercios de las capital cierran esos días y entonces los turistas tendrán que buscar alternativas de ocio fuera de la capital. Fajardo invita a los empresarios asentados en Arrecife a considerar la programación de cruceros para abrir fines de semana, ya que se pueden convertir en atractivos días de ventas. “Vamos a vernos obligados a mandar los turistas directamente a Teguise o Puerto del Carmen”, realzó Fajardo. Varios de los barcos que vendrán son de más de 3.000 pasajeros. El empresario estima que su firma atiende a más de 150.000 pasajeros por temporada, fuera de los servicios que presta en Fuerteventura.
Es tan patética la situación de Los Mármoles que un barco que pide 500 toneladas de agua potable tienen que irse de Arrecife con 150 por la incapacidad de abastecimiento. Según Fajardo, la falta de voluntad política tiene sumido el puerto en el más absoluto abandono. “Estamos trabajando con lo justo”, concluyó.
