Es curiosa y llamativa la historia que se ha producido este martes en Lanzarote. Nos referimos a la casualidad en el tiempo de dos reconocimientos a dos personas de la misma familia: mientras la redacción de este periódico estaba trabajando para ilustrar como merece el reconocimiento del Pleno del Ayuntamiento de Arrecife a Don Román “El practicante”, a quien se le ha concedido en vida el nombre de una calle que de momento carecía de placa, por otro lado el Consejo de Gobierno de Canarias hacía oficial el nombramiento de su hijo, Román García Zerpa, como gerente del Hospital General de Lanzarote. Son casualidades de la vida, que imaginamos que habrán llenado de satisfacción a la familia García. Por cierto, y hablando de sanidad, mucha gente se pregunta por el futuro del doctor Sosa, hasta no hace demasiado brillantísimo y trabajador director del Área de Salud de Lanzarote. Él dice que quiere descansar y quiere usar un poco la bata de médico que tenía abandonada por su trabajo político-administrativo. Mucho nos tememos que no le van a dejar.
