Muchos no caímos en la cuenta de que con la disolución del Grupo de CC en la Cámara Baja se creaban dos “minigrupos”, el de CC y el de Nueva Canarias (NC). De este modo don Román, don Román Rodríguez, quien fuera presidente del Gobierno canario durante cuatro años, se permitió el lujo de intervenir durante diez rápidos minutos en el hemiciclo y de hablar directamente a un José Luis Rodríguez Zapatero que parecía seguir con atención todo lo que decía su nuevo socio en Gran Canaria. Del breve discurso de don Román nos quedamos con lo positivo y lo negativo: lo positivo, que recordara al presidente que las inversiones para el Archipiélago deben estar al margen de colores políticos y que expusiera ante todo el país lo injusto que es el sistema electoral canario, ese que deja a miles de electores sin representación parlamentaria; lo negativo, que utilizara la tribuna para hacer crítica política a sus antiguos compañeros de filas, obviando por completo que hasta no hace demasiado tiempo compartían mesa y mantel, y obviando sobre todo que las riñas entre nacionalistas no interesan al conjunto de los españoles. Eso sí, consiguió su objetivo: hizo daño a CC, dividió el nacionalismo en dos y encima salió en la tele.
