¿Se acuerdan de que en algún Ayuntamiento (el último caso que recordamos es el de Teguise) se ha pagado deuda a proveedores con varios lustros de retraso, se acuerdan de que en el Cabildo de Lanzarote ha pasado también tres cuartos de lo mismo, se acuerdan incluso de que ha habido pleitos que se han perdido con alguno de los proveedores o clientes a los que no se ha pagado? El caso es que en las instituciones públicas pasa con relativa frecuencia que algunos políticos se dedican a comprar todo tipo de cosas y a hacer todo tipo de encargos a sabiendas de que no los van a sufragar con el dinero que en algunos casos llega con excesiva generosidad a sus bolsillos. Ellos, estos políticos de los que les hablamos, sólo se preocupan de que su sueldo esté ingresado puntualmente a primeros de mes en sus holgadas cuentas. Muchos de ellos, por no hacer no hacen ni lo que está en sus mínimas obligaciones, obviando cualquier responsabilidad hacia los demás. Como son muchos los casos que se van acumulando, dentro de unos días les hablaremos de todo lo que se encarga y que luego no se paga. Les hablaremos de los políticos que se preocupan de tener la barriga llena y la cuenta saneada sin importarles un pimiento que las empresas que les sirven no puedan pagar las nóminas de sus trabajadores. En fin, más de lo mismo, aunque en esta ocasión con protagonistas diferentes, alguno del cual se había hablado bien antes de tiempo.
