miércoles. 30.04.2025

Hace tiempo veníamos advirtiendo de que no estaba tan claro el asunto de la defenestración de Domingo González Arroyo como máximo responsable del Partido Popular (PP) de Fuerteventura, y eso que algún iluminado siempre que escribíamos algo al respecto corría para escribir lo contrario, dejándose llevar por una estúpida corriente en la que sólo empuja lo superficial. Con gente como el Marqués de La Oliva hay que saber leer entre líneas, y conocer sobre todo la pasta con la que están hechos hombres como él, gente de la Canarias de antes, gente como el propio Jerónimo Saavedra, Lorenzo Olarte y tantos y tantos otros irreductibles. Se podrá estar a favor o en contra de lo que dice, que muchas veces suena mal para algunos castos oídos que prefieren no escuchar determinadas cosas, pero lo que nadie puede negar a este hombre es su capacidad de trabajo. Al final, como ya veníamos adelantando desde hace tiempo, el Marqués ha dado la primera palada para enterrar a los que pretendían enterrarle a él. Nos estamos refiriendo por supuesto a su nominación como candidato al Parlamento, nominación que fue contestada de forma inmediata por la dirección regional que dirige con mano firme José Manuel Soria, donde se entiende que la creación de esa lista tiene que ver con el Comité Regional. La cosa por tanto no ha hecho más que empezar, y vamos a asistir a un interesante pulso que puede terminar como el rosario de la aurora, con dos antiguos amigos, el propio Marqués y José Manuel Soria, desarrollando una pelea de gallos sin precedentes. Lo curioso del señor Soria es que echa mano de las reglas internas del partido cuando le interesa. Si no, que se lo digan a sus compañeros de Lanzarote, a los que llevan esperando desde hace mucho tiempo que alguien les diga cuándo se va a celebrar un congreso que termine con la interinidad de la actual gestora. El Marqués ha apostado fuerte, ha plantado cara a la dirección regional. En contra de otros que salieron trasquilados, él lo hace desde una posición de fuerza, sabiendo que cuenta con el respaldo mayoritario de la gente de su isla. De no ser así, jamás habría dado el paso que ha dado. ¿Cómo terminará todo esto? Que nadie se preocupe, que se lo anticiparemos, aunque vuelvan a aparecer los enterradores.

ENTERRANDO A LOS ENTERRADORES
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