Estamos detrás de la pista de unos curiosos “anónimos”. No, no es el nombre de un nuevo concurso de la televisión, es el nombre de un grupo de malhechores que se esconde y ampara en el permitido anonimato para enviar mensajes que parecen redactados por una mente y un alma enferma. Algunos se piensan que a través de Internet se puede enviar cualquier barbaridad sin que pase nada. Pues pasa, entre otras cosas porque existe una cosa que se llama IP, que es la dirección del ordenador desde el que se envían los mensajes, que sirve para hacer un rastreo. Es un poco complicado, pero con ayuda de la tecnología y de los tribunales de justicia se consigue. Que no se preocupen los autores (sabemos que aunque uno sea el autor material son varios los autores intelectuales de las fechorías), que muy pronto tendrán noticias de esta casa, muy pronto tendrán que contarle a un juez por qué se dedican a proferir todo tipo de improperios, injurias, calumnias y otras muchas cosas más contra personas honestas y trabajadoras que lo único que han hecho es no reírles las gracias. Todo se andará.
LOS ANÓNIMOS
7 de marzo de 2007, 12:59