Este es un dicho muy extendido entre los ciudadanos, que viene a significar que me puedes llamar de todo, acusar de cualquier cosa, incluida la muerte de Manolete, que mientras me llenes los bolsillos o la cuenta bancaria no pasa absolutamente nada, no me voy a quejar ni a negar la mayor.
Un día, Juan le acusó a Pedro en público, con nocturnidad, alevosía y con el agravante de posición dominante, de que había violado a su hija, le había pegado a su mujer, le robó y quemó el coche y por último, para acabar la faena, le falsificó la firma y vació su cuenta corriente.
¿Qué hizo Pedro? Sabiendo que era inocente de cuanto le acusaba Juan, tardó menos que nada en acudir al juzgado de guardia a poner una denuncia por injurias, calumnias, falsedad documental y todos aquellos delitos que pudo.
¿Esta es una forma de actuar correcta cuando alguien te acusa de algo que no has cometido y además lesiona gravemente tu imagen pública de hombre honrado y honorable? Evidentemente sí para la mayoría de la gente de bien.
Pero aquí es donde nos topamos con el muro.
A Yonathan de León y Echedey Eugenio, a uno como alcalde y al otro como concejal de Fiestas y Saraos, les han acusado de graves delitos cometidos al frente de sus responsabilidades municipales. Acusaciones políticas equiparables, por la gravedad de los hechos y siempre salvando las distancias, a las acusaciones que Juan hizo a Pedro.
En este caso, Juan es el PSOE de Arrecife, que sin ninguna consideración les ha acusado de prevaricación, fraccionamiento de contratos públicos para favorecer a colegas o colega en concreto y otras lindezas que, de ser ciertas las acusaciones, pondrían en serio aprieto la libertad de irse a comer a Yaiza con la frecuencia que alguno lo hace.
Si las acusaciones del PSOE son ciertas, ambos dos se unirían a la extensa lista de listos que se han venido paseando por las instituciones conejeras en los últimos años.
Pero si las acusaciones no son ciertas, aquí alguien está fumando canutos de avecrem cada vez que se levanta por la mañana.
En cualquier caso y para no aburrirles con algo tan simple, o Echedey y Yonathan se van al juzgado inmediatamente a pedir pruebas de lo que les acusan, o el PSOE acude al mismo juzgado con las pruebas con las que acusan.
Si los primeros no van a defender su inocencia, están dejando claro que la pirula la han cometido. Las acusaciones son tan graves que no les dejan opciones. O van y contraatacan o confiesan.
Si el PSOE no va con las pruebas que, supuestamente, demostrarían la gravedad de los hechos que han denunciado públicamente, es que están acusando falsariamente a dos autoridades públicas de graves delitos cometidos contra la administración y los ciudadanos.
En cualquier caso, o van los unos, o van los otros, y si ninguno de los actores de esta tragicomedia acude al juzgado, lo que deberían hacer ambos es mandarse a mudar a sus casas y dejar que las administraciones las administren gente honrada y con ética, algo que, a tenor de lo visto, no tienen ni los que acusan ni los acusados.
Ya está bien de reírse de los ciudadanos, que la cosa es más seria de lo que parece, porque, por si alguno no lo sabe, hablamos de dinero público, o sea, de todos, no de ellos.