Que los políticos pasan de los ciudadanos es algo que ya sabemos desde hace tiempo.
Que los políticos solamente piensan en lo suyo es algo que lo demuestran día sí y día también.
Pero lo que está pasando en estos días con los más que probables nombramientos raya la indecencia.
Dolores Corujo, Astrid Pérez y Jonathan de León van a ser encumbrados al Olimpo de los, políticamente hablando, cargos públicos insulares menos útiles de la historia conejera, eso sí, con los sueldos más altos de la política insular.
Esto no dejaría de ser una anécdota triste si no fuera porque esos sueldazos salen de los bolsillos de los ciudadanos para mayor vergüenza pública.
Vamos por partes: a la ex presidenta del Cabildo, en premio a sus nefastos resultados insulares, de ella no, del PSOE, se la nombra cabeza de lista por la provincia de Las Palmas al Congreso de los Diputados, Diputadas y Diputades. Es decir, que nos va a representar en la selva que constituye el hemiciclo patrio, defendiendo, supuestamente, los intereses insulares ante los depredadores nacionales. Pondrá por encima de cualquier interés partidista y de los suyos particulares las necesidades de todos los conejeros, aun a costa de enfrentarse con sus colegas de bancada.
Y yo voy y me lo creo.
Y ella asume el nombramiento con la mayor humildad y agradecimiento, por la confianza que, tanto Ángel Víctor como el líder máximo de su partido, Pedro, han depositado en su vasta experiencia y buen hacer, demostrados a lo largo de su fructífera carrera política, tanto en el Ayuntamiento de San Bartolomé como posteriormente en el Cabildo Insular. Me da la impresión que esto es una jugada de la Inteligencia Artificial tan de moda últimamente y que tantos peligros nos puede traer en el futuro.
Además de cobrar pingues dividendos en el Cabildo, además de pasarse su mandato de guerra en guerra contra CC y su líder, Pedro San Ginés, además de no ser capaz de sacar adelante algo tan fundamental para el desarrollo de Lanzarote como es el Plan Insular, además de darle vidilla a más de un chupóptero local, ¿alguien me podría decir los méritos de esta ciudadana para representar a los lanzaroteños en la más alta institución política nacional?
Puede ser que yo no haya estado en la isla en los últimos años y me haya perdido las actuaciones relevantes que ha hecho al frente del Cabildo, más allá de quitar cuatro caballos, dos esculturas y financiar catorce semáforos, por no hablar de las estadísticas como parlamentaria que la dejan en la cola de los políticos más activos, por decirlo de una manera elegante.
Y podría seguir narrando los despropósitos de esta política, pero creo que un botón es buena muestra.
Y cambiando de tercio, lo de Astrid Pérez es hilarante.
Se pasa cuatro años dándose bofetadas con sus socios de gobierno municipal, primero los socialistas a los que despidió a los dos años y medio al grito de “basta ya de vagos, insolidarios, inútiles” y otras lindezas que les dedicó en su finiquito como justificación del fracaso del “Pacto de La Perras”.
Después se asocia con CC y los epítetos que les dedica son de todo menos bonitos. Si los primeros eran unos vagos, los segundos le han hecho la vida imposible durante el año y medio que les ha durado el amor.
Lo bueno de estas aseveraciones es que no son cosecha mía, sino que forman parte de la extensa hemeroteca que existe de las declaraciones de la presidenta todopoderosa del PP insular.
Está claro que cuando todos van en mi contra, la mala no soy yo sino que los demás me quieren hacer la pascua sin justificación, piensa ella.
De los méritos de su gestión, estos van en la línea de los de su partener socialista.
Arrecife no tiene Plan General, los barrios esta hechos unos zorros por mucho que a última hora y coincidiendo con las elecciones les haya tapado algunos baches, la Barriada de Tenorio no sólo no se ha legalizado sino que han seguido con las construcciones de naves, bajo el eufemismo de que son naves desmontables. Esta no se ha enterado todavía de que la nueva forma de construir naves industriales es mediante la instalación de planchas de hormigón sujetas a una estructura metálica. Desmontables sí, para justificar la dejación en lo que esta zona se refiere.
Y por no hablar de la guerra que ha mantenido con cuanto funcionario municipal se la ha cruzado en su camino al ático.
Como premio a tanto despropósito, ¿qué hace su partido? Pues nada más y nada menos que nombrarla presidenta del Parlamento canario, con un sueldo de unos 100.000 euritos anuales.
Alguien me comentó ayer que ella no está lejos de esa cifra en sus ingresos como alcaldesa, dietas del Parlamento, Autoridad Portuaria, etc. La diferencia está en que para llegar a lo que va a cobrar en el Parlamento tenía que recorrer varios sitios mientras que, con su nuevo puesto, solamente con uno le vale, del Binter al despacho y vuelta a casa.
Y por último, como daño colateral del nombramiento de Astrid, llegamos al que va a ser el próximo alcalde de la tercera capital de Canarias, Jonathan de León.
Esta sí que ha sido una carrera fulgurante dentro de la política insular, ya que ha pasado de asesor, nadie sabe de qué, cargo que ocupaba hasta el sábado previo a las elecciones, a alcalde por obra y gracia de la incompatibilidad de cargos que tiene su jefa.
Por la composición de la lista del PP a las municipales, la segunda no podía ser alcaldable al marcharse al sillón cabildicio, más sueldo, menos trabajo y más tranquilidad de vida diaria al no tener que enfrentarse a los ciudadanos. Chica lista que huye de la quema para hacerse cargo de una consejería, presumiblemente la de Hacienda, que la va a dar menos quebraderos de cabeza que quedarse a pelear en el Ayuntamiento.
Así que llegamos al tercero en cuestión. También dirá, como ha dicho Loly, que asume con gratitud y humildad la confianza que Astrid ha depositado en él y que hará buen uso de los 60.000 euros aproximados de sueldo que este esfuerzo le va a suponer.
Dicen las malas lenguas, que no la mía, que la huida de Loly y Astrid fuera de las fronteras insulares obedece a otras razones, la primera a que hay cierto descontento en las filas socialistas con la forma de llevar el partido que tiene su líder y, como es el caso de Pedro Sánchez y su adelanto electoral, mejor quitar un grano que tenerse que comer la paella entera cuando está caducada.
Y en el caso de Astrid, lo bien que se ha llevado en estos meses con su alter ego nacionalista hacía presagiar un mandato complicado con cuchillos volando por los pasillos de la casa consistorial. Vamos, que la decisión ha sido por el bien de la cubertería municipal; nos la llevamos de aquí no vaya a ser que pase algo que nadie quiere, como que a Echedey se le inflen los bemoles y dedica pactar con el bueno de Alfredo, que al fin y al cabo fue quien ganó las elecciones a pesar de su secretaria general.
Y como, al contrario que nuestros políticos, posiblemente esté profundamente equivocado, pido perdón a quien se pueda sentir ofendido por estas consideraciones hechas desde el más profundo respeto a la persona pero con toda la crítica del mundo al político o política en cuestión.