martes. 22.04.2025

La vendimia 2006 está llena de incertidumbre. Por un lado, los bodegueros advierten de que es imposible comprar la superproducción y, por otro, los viticultores hasta ayer no tenían la menor idea del precio que les pagarán las bodegas por cada kilo de uva, pero para los trabajadores del campo, que ya han entregado parte de la cosecha, lo peor es que ni siquiera hay fecha de pago. A algunos todavía se les adeudan facturas del año 2000. La presidenta del Cabildo, después de reunirse con el Consejo Regulador, cree que hoy puede quedar el horizonte despejado. Inés Rojas aboga por la unificación de precios.

Esperan un precio igual o superior al de 2005

Según explicó a esta redacción Federico Bonilla, viticultor de la zona de Tao, casi siempre la bodega El Grifo es quien marca la pauta en materia de precios, pero como este año no ha dicho cuánto pagará por la uva, el resto de bodegas no se manifiesta. En 2005, el kilo de uva se fijó en 1,20 euros, así que los viticultores estiman que por debajo de ese precio no sería nada rentable para ellos. Bonilla recordó que hace dos años las bodegas pedían uva negra, tanto que muchos agricultores arrancaron parras blancas para satisfacer la demanda y ahora resulta, según dijo, “no quieren la negra sino la malvasía”.

Invitación al abandono del campo

El viticultor está convencido de que este año se quedará mucha uva en la parra, es más, comparte el cálculo de La Geria en el sentido de que las pérdidas superarán el millón de kilos. “Es lamentable pero es lo que hay”, señaló Bonilla, quien piensa que es una invitación abierta al abandono total de la tierra. Cuestionó la política del Cabildo de Lanzarote por las subvenciones que otorga a las bodegas. Considera que las ayudas deben ser para el agricultor, “que pise la uva que necesite y el resto si quiere que la tire a un barranco, pero dársela a la bodega conlleva a que el año siguiente tenga existencia y que no vuelva a comprar”. “El año pasado también decían que estaban llenos y que no querían más uva, pero cuando el Cabildo se las pagó enseguida llevaron más”, agregó Bonilla. Hay agricultores que prefieren no arrancar la uva porque saben que no la pueden vender.

"La parra está fuerte"

El año pasado la cosecha estuvo próxima a los 3,5 millones de kilos y este año puede superar los 4 millones de kilos, sobre todo por la gran producción de La Geria, Masdache y Conil. Aunque es difícil predecir la calidad y cantidad de las cosechas venideras, Bonilla se atreve a pronosticar que las futuras campañas pueden ser tan productivas como la presente. “La lluvia será un factor decisivo porque la parra está cuidada y fuerte”.

Los viticultores exigen que las bodegas fijen desde ya el precio que pagarán por la uva
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