miércoles. 30.04.2025

Saben que en el cine los productores son como el bastón para un ciego, se necesitan más que necesita la vid al agua de lluvia. Sin ellos no hay película, sin ellos no hay nada de nada. Por eso se les llama productores, porque producen. Lo que ocurre es que también es verdad que hay productores y productores, los hay rematadamente buenos y los hay rematadamente malos, los que hay que sirven al medio y los hay que se sirven del medio. Nosotros les vamos a hablar de unos productores rematadamente malos, muy malos, que están dentro de un contubernio empresarial que responde al nombre de GIMPETA, S.L. El tema es bastante grave y no es para tomárselo en broma, sobre todo por las implicaciones que se derivan de la información que está corriendo como la pólvora en las redacciones de los medios y en los mentideros políticos. GIMPETA, S.L. es terrible. Allí se encuentran metidos, juntitos en unión y comunión, un grupo de socios de la más variada índole. Está, por ejemplo, el Literato Molinero; está don Mora “El Lila”; está el Ruiseñor Reencarnado y por supuesto el dúo que da nombre a la sociedad. Los integrantes de esta sociedad, según se comenta, se han especializado en producir y cobrar de administraciones públicas, partidos políticos y de todo el que se deje engatusar por sus malas artes. Alguien se ha enterado de que su juego no es tan limpio como predican y parece dispuesto a acudir a la Fiscalía. Si es así, estaremos atentos, para saber si finalmente hay que informar del desenlace de lo que, esta vez sí, parece la crónica de una muerte anunciada. Si es verdad todo lo que se dice que han hecho, lo contaremos. Hasta entonces mantendremos nuestras reservas.

LOS PRODUCTORES
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