Hoy va la cosa de resurrecciones. Si antes les dábamos cuenta de la reaparición estelar del Calvo Multiforme, ahora les tenemos que hablar del Picudo Rojo, que no es que estuviera muerto, es que estaba de parranda. Eso sí, de parranda ecológica en la que no había nada de alcohol, ni de marisco ni de nada que pudiera afectar al medio ambiente. Algunos están de uñas por la aparición del Picudo Rojo, que dicen que está presionando mucho para que no se vuelvan a olvidar de él. Ha prometido que no se vuelve a ir de parranda. Y hablando de parrandas, la que tienen organizada en el Partido Socialista Canario (PSC) de Lanzarote no está nada mal. Si no, que se lo digan a su coordinador de campaña, al señor Carlos Espino, quien ha cogido un lustre y un brillo increíble después de sus recientes apariciones en varios medios poniendo verde a la presidenta del Cabildo, Inés Rojas, a cuenta de la no tramitación del Plan Territorial Especial. Es tanto el empuje que ha cogido, el alza, que sería una tremenda injusticia que no le pusieran en uno de los primeros puestos de la lista que los socialistas van a presentar a la Primera Corporación insular. Y es que, que nadie se olvide, Espino tiene un carisma del carajo, mucho más que su mayor defensor, Manuel Fajardo. Al final tendrá que pelear para que le pongan en un buen puesto, aunque muchos dan por hecho que irá el tres. Por cierto, que Miguel González no ha dicho nada de la acusación hecha por su portavoz, Miguel Ángel Leal, que garantiza que trabaja menos que el sastre de Tarzán. ¿Será cierto que no va por el Cabildo? No lo podemos creer, Leal lo debe decir por el calentón del momento.
