El alcalde de Haría, José Torres Stinga, aseguró este lunes que la oposición del Consistorio norteño abandonó el pleno del pasado viernes porque “sabían que en él iba a hablarse de la deuda actual que los Centros Turísticos mantienen con el Ayuntamiento”, y que a día de hoy todavía sigue sin liquidarse.
En declaraciones a El Despertador, de la 95.8, Torres Stinga rechazó la versión ofrecida por los seis concejales de la oposición (PSOE-ALDEM, PIL y CCN), y aclaró que en realidad se celebró un pleno el pasado viernes, 2 de enero, “pero le transmití a la oposición que sería más adecuado celebrarlo el día 9, y que previsiblemente se iba a poder hacer la convocatoria”.
El alcalde sostuvo que debido a los preparativos para la presentación de dos proyectos con fondos estatales para su aprobación, “el lunes no fue posible convocar el pleno pero informamos a la oposición de que la convocatoria seguía estando en pie para el viernes”. Según José Torres, “el miércoles por la mañana recogieron la documentación, e incluso yo estuve hablando con dos integrantes de la oposición, y ya ese mismo día, el miércoles, día 7 de enero, se convocó el pleno, pro luego, sorpresivamente, los miembros de la oposición actuaron así y abandonaron el pleno”.
Informe de Intervención
La Ley de la Función Pública Canaria establece que debe haber 48 horas entre la convocatoria de un órgano y su celebración. Además, el Reglamento de Organización y Funcionamiento (ROF) establece también dos días. “Para evitar problemas lo convocamos con carácter extraordinario y urgente, pero incluyendo en el orden del día todos los asuntos, con ruegos y preguntas y dación de cuentas de todos los decretos. Pero claro, lógicamente se habló una cosa y luego hicieron todo lo contrario”, expuso el alcalde. Torres Stinga recordó que, a pesar de la ausencia de la oposición, el pleno se celebró con toda normalidad.
La oposición asegura que tiene muchas dudas sobre la legalidad y las posibles irregularidades en la convocatoria y celebración del pleno del pasado viernes, y por ello durante la sesión propuso su no celebración, al menos hasta que la secretaria de Intervención del Ayuntamiento de Haría emita el pertinente informe.
En este sentido, Torres calificó dicha solicitud de “parida”. “Si lo solicitan se lo darán pero esa no es la prioridad del Ayuntamiento en este momento; lo que pasa es que ahora mismo están absolutamente manejados y manipulados pues en este pleno se iba a tratar de los Centros Turísticos y de la deuda que mantienen estos con el Ayuntamiento de Haría”, precisó.
Concurso eólico
En cuanto al concurso eólico celebrado la pasada semana en Lanzarote y del que la empresa pública Inalsa ha quedado fuera de la adjudicación, en principio por un error técnicos en los proyectos presentados, Torres consideró que la situación del Cabildo es “patética” y que lo ocurrido con Inalsa “es sólo otro capítulo más de la sensación de apatía, desidia e irresponsabilidad interna por déficit propio que presenta el Cabildo”.
Al respecto, el dirigente nacionalista denunció que mientras los dos socios de gobierno del Cabildo (PIL y PSC) se han dedicado a criticar la adjudicación del concurso encargada por el Gobierno canario a unos técnicos, desde la Primera Corporación nadie se ha pronunciado sobre las recientes actuaciones de la Dirección General de Costas en Lanzarote, ni sobre la financiación autonómica que Canarias recibe del Estado. Torres no cree “que sea una decisión inteligente arremeter contra el Gobierno canario. Han hablado de canallada, de chapuza y de tratamiento colonialista, mientras que con lo que Costas ha hecho en Lanzarote se ha hecho mutis por el foro. Es algo anecdótico y forma parte del desajuste que en estos momentos está viviendo el Cabildo, pero la Primera Corporación debía haberse pronunciado al menos sobre lo ocurrido con Costas”.
El primer edil agregó que “cuando en financiación autonómica también podíamos quejarnos del trato del Gobierno central a Canarias, que tiene la misma población que el País Vasco pero números muy distintos”.
Para el alcalde de Haría, se trata simplemente de “una correa de transmisión, con la que lo único que se pretende es hacer ver que todos los demás lo hacemos mal y que ellos son los únicos que lo hacen bien”.