martes. 22.04.2025

Fotos: Dory Hernández

Que las obras son un impedimento para la circulación es una realidad inevitable que los ciudadanos aceptan. El problema llega cuando estas obras colapsan el tráfico sin previo aviso y sin seguir la normativa. Esto es lo que actualmente está ocurriendo en la capital lanzaroteña, en la que los vehículos y peatones se ven obligados a cambiar su rumbo continuamente porque se encuentran de repente con camiones o material que les impiden seguir su camino.

En el mejor de los casos, se tratará de un paro temporal que esté señalizado con tiempo y con antelación en la vía, por lo que el afectado podrá tomar un camino alternativo. Pero en muchas ocasiones el tráfico se ve obstruido por un obstáculo que se sitúa sobre la acera o en medio del asfalto sin dejar opción de paso al ciudadano, e incluso obligando al vehículo a infringir alguna norma vial como conducir marcha atrás.

Para evitar estas situaciones, todas las constructoras deben pedir permiso al Ayuntamiento para invadir la vía pública, la policía local les asignará un horario y les indicará qué tipo de señales deben utilizar en cada caso, de modo que no coincidan todos los cortes a la vez y se realicen en las condiciones que menos molesten.

No se cumple con las licencias

La concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Arrecife, Nuria Cabrera, reconoce que las actuaciones ilegales de este tipo son habituales, y que son las culpables de que no se consiga crear un organigrama que beneficie a las constructora y a los viandantes.

En este sentido, Alternativa Ciudadana 25 de mayo (AC) presentó en enero una moción que fue aprobada por unanimidad para que se regulase el cumplimiento de la normativa, que determina que siempre se debe dejar espacio para el paso de los peatones y que no pueden ocupar toda la calzada sin permiso expreso.

El portavoz del partido, Andrés Barreto, asegura que desde entonces no se ha hecho nada “por arreglar esta situación, que todos saben que hay que atajar”. Barreto se queja de la falta de iniciativas por parte de Nuria Cabrera, “que no pone soluciones para controlar a las obras que actúan sin licencia, ni para comprobar que los que la tienen la cumplen”.

Y es que aunque muchas de las obras piden permiso y pagan las cuotas correspondientes para realizar estas intervenciones, luego las ejecutan sin seguir los parámetros que les han exigido.

Barreto reconoce que están “hartos de denunciar casos de camiones atravesados sin permiso ni señalización, o de obras que están paradas pero que mantienen los materiales en medio de la vía”. Al parecer y como asegura Barreto los casos de vallado sin licencias son más que habituales, pero no menos que los que sí las tienen y no las cumplen.

Además, la moción también pretendía que se determinasen unos horarios específicos para este tipo de paralizaciones urbanas, ya que “se está obstruyendo el tráfico en horas puntas”. Aunque la propuesta fue admitida, Barreto denuncia que no se ha tomado ninguna medida a este respecto desde el Ayuntamiento.

Si no se ataja la situación, todo seguirá como hasta ahora, es decir que las calles terminen siendo intransitables y el tráfico se condense en las mismas vías, con lo que Arrecife se convierte en una ciudad colapsada por la imposibilidad de coordinar el paso de los peatones, los coches y las obras.

El centro, “patas arriba”

A la construcción de inmuebles particulares hay que sumar las obras públicas que también se acometen en estos meses. Calles como Canalejas o José Antonio, que se abrirá este viernes según asegura el concejal de Obras Públicas del Consistorio capitalino, Luis Morales, han estado en obras durantes el verano, por lo que han tenido que permanecer cerradas.

En estos casos, las señales han estado a la vista en las vías circundantes, pero también han sido objeto de crítica por otras razones. Los pivotes que recorren los laterales de la calle Canalejas no son del agrado de muchos ciudadanos, que opinan que están demasiado cercanos a los vehículos, que no son estéticos e incluso que pueden llegar a ser peligrosos.

La realidad es que cada poco, operarios del Ayuntamiento de Arrecife tienen que volver a instalarlos porque continuamente aparecen fuera de su lugar. Morales cree que esto ocurre por culpa de “conductores desaprensivos que intentan aparcar donde no deben”.

Por otra parte, y aunque las obras han mejorado situaciones como las de las aceras, que ahora son más anchas y han eliminado los bordillos, los peatones tienen que seguir luchando por su espacio en zonas como la curva que une Canalejas y la Plaza de la Constitución. Un tramo en el que la zona peatonal y la calzada se confunden y provocan continuamente que los viandantes no puedan cruzar y los coches tengan que frenar al pasar la esquina porque no esperan la afluencia de gente.

El concejal recuerda que “el peatón siempre tiene preferencia ante el vehículo”, pero que aún así se va a colocar el paso de cebra correspondiente para que quede señalizado el espacio de cada uno.

Arrecife, colapsada por las obras que cierran calles sin respetar la normativa
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