Fotos: Dory Hernández.
Siguiendo una apretadísima agenda que le ha llevado a recorrer varios puntos de Canarias, el presidente nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, se reencontró este martes con sus seguidores lanzaroteños en un acto con el que los conservadores arrancaron la campaña electoral en la Isla. En sus primeras palabras a los votantes conejeros, Rajoy pidió confianza en el modelo de gestión popular, un programa basado “la credibilidad, la sensatez y la eficacia”. Rajoy recordó que hasta ahora ninguna formación política ha sabido dotar al gobierno canario de estas cualidades y apuntó especialmente a la figura del presidente popular en Canarias, José Manuel Soria, como “la persona más preparada para asumir este reto”. “Les pido a todos que confíen en el PP porque los vecinos de Lanzarote tiene derecho a tener un presidente del Cabildo y un alcalde del PP”, sostuvo resaltando también la figura de los candidatos locales.
Mariano Rajoy llegó puntual a su cita con los lanzaroteños, que abarrotaron la sala teatro del cine Atlántida, y estuvo acompañado no sólo por la plana mayor del partido en Lanzarote sino también por todos los candidatos de la formación en los distintos municipios de la Isla y de Fuerteventura, cuya representación llegó encabezada por presidente majorero, Domingo González Arroyo, conocido como Márquez de la Oliva.
Seguro de aportar su grano de arena para que el PP se convierta en la primera fuerza del Archipiélago, Rajoy basó su discurso en la necesidad del cambio, “en la alternativa de bienestar” y “calidad de vida para los pueblos” que propone el grupo conservador. “El PP es un valor seguro. Es un partido con credibilidad y altura. Tenemos gente que se interesa por las personas y por sus preocupaciones”, sostuvo el líder de los populares. En este sentido, enumeró las acciones que en materia sanitaria, económica, cultural y social tiene previsto su grupo tras las elecciones del 27 de mayo.
Críticas al PSOE
El discurso del presidente del PP fue crítico con el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero y calificó el actual mandato como “la legislatura de los líos”. Rajoy se quejó especialmente de la política exterior desarrollada por el PSOE y lamentó el acercamiento de España con países como Bolivia, Cuba o Venezuela: “A quién le importa Evo Morales, Hugo Chávez o Fidel Castro. Nosotros somos europeos y tenemos que relacionarnos con Alemania o Francia. Esa no es la política exterior que demanda España”, señaló sin sonrojarse.
Asimismo, Rajoy restó importancia al proceso de reforma estatutaria que se ha emprendido en el país y primó la idea de “nación” que tiene el PP. “A quien le importa la reforma estatutaria de Cataluña o de Andalucía. España es una nación desde hace quinientos años, un conjunto y se tiene que pensar en el futuro”, mantuvo el dirigente conservador.
Como viene siendo habitual en cada una de sus intervenciones públicas recriminó al gobierno del Estado la actual política antiterrorista y reclamó la recuperación del pacto establecido entre socialistas y conservadores para luchar contra ETA. En este contexto, el líder popular aseguró que está a disposición del Gobierno “si vuelven al pacto que teníamos para acabar con los terroristas” y pidió que no se pague un precio político en negociaciones con ETA. Así, insistió en que es preciso reconducir la acción del gobierno y propuso una reforma de la legislación para introducir normas que permitan “acabar con la banda terrorista”. Bajo esta idea apuntó a “la necesidad de incrementar la relación internacional con países europeos”, “respaldar a las fuerzas de seguridad de Estado en su tarea de detención de etarras”, “reestructurar la política penitenciaria para evitar casos como el de Juana Chao” o “impedir que Batasuna pueda presentarse a las elecciones”. En definitiva, todo un abanico de propuestas con las que el PP de Rajoy aspira a mejorar el país. “El PP es el único partido que está intentando resolver los problemas reales y por eso ganaremos estas elecciones en todas las comunidades autónomas”, dijo mientras un entregado público aclamó a su presidente y se contagió del entusiasmo que el líder del PP puso en sus palabras.