- Un informe de la Guardia Civil ya alertaba, el 29 de septiembre de 2008, de estas deficiencias. El SIVE de Lanzarote, debido a la ubicación de las estaciones sensoras fijas -una instalada en la montaña de Haría y otra en la montaña Mina- tiene zonas de sombra al norte de la Isla
El radar del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) sí funcionó, pero nadie tuvo en cuenta los tres “ecos” que se recibieron en Lanzarote el 15 de febrero pasado, desde una hora antes de que la patera naufragase y perdieran la vida 25 de los 32 inmigrantes clandestinos que navegaban en ella. Al menos la mitad de ellos eran menores de edad. Varios, niños de entre 8 y 10 años.
Según la información que publica este domingo el diario nacional ABC, pese a que la delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias, afirmó al personarse al día siguiente en la costa de Teguise, donde se produjo la tragedia, que el SIVE no había detectado la patera, lo cierto es que en los informes internos de la Guardia Civil consta que este radar sí registró la presencia de la embarcación, pero que, por razones que aún se están dilucidando, no se activó el servicio necesario para tratar de evitar este tipo de tragedias.
Destaca el periódico que a las 17.38 horas del domingo 15 de febrero, en la estación sensora del SIVE ubicada en la montaña de Haría, se registró la primera señal que alertaba de la presencia de una patera cerca de la costa. Los datos llegaban desde las proximidades de la playa de La Garita. Estas señales, conocidas como “ecos”, son las que el radar genera al localizar en el mar cualquier tipo de embarcación.
En el intervalo de la siguiente media hora, y a pesar del oleaje reinante ese día en el mar -las altas olas fueron la excusa oficial de Darias para explicar el presunto fallo-, los sensores reflejan otros dos ecos de la misma nave. Una hora más tarde, y sin que se hubiera activado el protocolo de actuación en estos casos, la patera naufraga en la zona de Los Cocoteros, produciéndose la muerte de 25 de las 32 personas que viajaban en ella.
El SIVE está diseñado para poder detectar, en circunstancias favorables, embarcaciones que navegan a diez kilómetros de la costa, 5,4 millas náuticas. Incluso puede identificarlas utilizando el sistema de cámaras, con un alcance de cinco kilómetros. La patera naufragada fue localizada por primera vez a 2,20 millas de Lanzarote, es decir a poco más de 4 kilómetros de la costa.
Informe interno
Un informe interno de la Guardia Civil apunta que el radar dio la primera señal, la de las 17.38, en las coordenadas 29º 07' norte y 13º 24' oeste. Mantenía rumbo norte, a una velocidad de 3,5 nudos (menos de 7 kilómetros por hora) y a una distancia de 2,20 millas de la costa. Unos minutos después, a las 17.42 horas, la patera cambia de rumbo y toma dirección Sur; el SIVE detecta un nuevo eco en las coordenadas N 29º 08' y O 13º 24', con mayor velocidad, 12 kilómetros por hora, y a la misma distancia del litoral. El eco se pierde de manera momentánea a las 18.05 horas y reaparece en los monitores -que deberían estar siendo controlados por un operador de la Guardia Civil-, a las 18.08 horas.
El SIVE apunta que la embarcación está a una milla de la zona conocida como Charco del Palo, a poco más de un kilómetro de la costa. La estación sensora pierde este eco a las 18.16 de manera definitiva, y según todas las informaciones recabadas, sobre las 18.30 se produce el naufragio, en Los Cocoteros.
Deficiencias
No sólo que el SIVE sí funcionó, sino que pese a ello existe una zona donde no tiene alcance. Tal y como informaba este periódico en su edición del domingo, el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior detectó desde una hora antes la patera que naufragó frente a la costa de Lanzarote el 15 de febrero llevándose la vida de al menos 25 personas. Pero su radio de acción, pese a ello, resulta insuficiente para cubrir todo el litoral conejero.
Un informe de la Guardia Civil ya alertaba, el 29 de septiembre de 2008, de estas deficiencias. El SIVE de Lanzarote, debido a la ubicación de las estaciones sensoras fijas -una instalada en la montaña de Haría y otra en la montaña Mina- tiene zonas de sombra al norte de la isla. Desde Haría, este «arco de penumbra» supera casi un kilómetro y se extiende desde Punta Prieta y hacia el norte tocando el islote de Alegranza.
Además de los documentos que dan cuenta de los tres puntos donde se localizó la patera, este otro informe apunta que si una embarcación alcanza las proximidades de Alegranza, cambia su rumbo hacia Punta Prieta y se mantiene «costeando» no sería detectada, en primera instancia, por el SIVE de Haría. Esta ruta es conocida por los patrones de las pateras que se dedican al tráfico de personas y, con mucha probabilidad, según apuntan diversas fuentes consultadas, fue el camino elegido por la embarcación que naufragó en Los Cocoteros. Sin embargo, otras fuentes conjeturan que en tal caso podrían haber aprovechado, como opción más segura para desembarcar, la playa de Caletón Blanco, dado que navegaban desde el norte.
Difícil rescate
Aun pese a que el radar del SIVE detectó casi una hora antes la patera, habría resultado muy difícil, apuntan fuentes del Instituto Armado, que se pudiera haber llegado a tiempo para evitar la muerte de aquellas 25 personas en el fatídico domingo 15. "Desde Corralejo -en Fuerteventura, donde se ubica la unidad de servicio marítimo- se tarda unos 80 minutos en llegar, y esto supera con creces los 52 minutos que mediaron desde que el radar recibió el primer eco hasta que la patera volcó frente a Los Cocoteros", apuntaron fuentes de la Benemérita.
Una vieja demanda de la Agrupación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) se centra, precisamente, en la carencia de servicio marítimo en la isla conejera. Una fuente de la AUGC afirma que en caso de haber existido, esos 80 minutos podrían haberse reducido sólo a 10, que es lo que se tardaría desde Arrecife.
Asimismo, se insistió también en la carencia de una unidad del GEAS, es decir, de los buceadores de la Guardia Civil como los que trabajaron, por ejemplo, en la búsqueda de los 25 cuerpos encontrados tras la tragedia. Por otra parte, no se dejó de destacar que en esas tareas, ni las zodiac ni quienes los tripulaban pertenecían al Instituto Armado, sino que eran de Emerlan, una ONG lanzaroteña.
Todas las fuentes consultadas por este periódico no pusieron en duda la existencia de los informes donde se reconoce que el SIVE sí detectó la patera y que no se utilizó la cámara para confirmar o desechar esa señal. «Con 25 muertos de por medio, se tiene que haber escrito mucho, no sólo dos informes», aseguraron.
Una hora perdida
Desde el primer eco recogido hasta el vuelco de la patera transcurrió casi una hora. Ese lapso podría haber servido para que el final de la historia fuese otro. La pequeña embarcación recorrió unos diez kilómetros en esos 52 minutos que acabaron con un reguero de cadáveres a 20 metros de la orilla.
Fue una patrulla de la Policía Local de Haría la que dio aviso, sobre las 18.30, a los servicios de emergencia, al observar la patera desde el litoral de Charco del Palo. Según se especula, el patrón de la barquilla -superviviente y que ya ha sido detenido- también advirtió a los agentes y prosiguió su navegación en dirección sur para escapar de los agentes.
Según el testimonio de los supervivientes, la patera siniestrada había utilizado una ruta no habitual, al partir la madrugada del 13 de febrero desde Tan Tan, en la costa de Marruecos.
Inés Rojas pide explicaciones
Por su parte, la consejera de Bienestar Social, Juventud y Vivienda del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, se mostró sorprendida por la información que publicó el diario ABC en el que se informaba de que el radar del SIVE sí funcionó el pasado 15 de febrero avisando desde una hora antes de que una patera naufragase y perdieran la vida 25 de los 32 inmigrantes que navegaban en ella en la costa de Teguise, según se desprende de los informes internos de la Guardia Civil citados por el periódico.
Por ello, la consejera ha pedido explicaciones al Gobierno central de si el SIVE avisó hasta en tres ocasiones, ya que de ser cierta esta información, afirmó Rojas “agrava muchísimo más” las circunstancias en la que se produjo el naufragio de esta patera.
Además, volvió a reiterar “que se hace más necesario que nunca la cumbre bilateral” sobre inmigración irregular entre el Gobierno central y el Ejecutivo canario “para poner sobre la mesa si lo que tenemos está funcionando, si las medidas que estamos tomando son las adecuadas o si de verdad podemos tomar otras, tanto en origen como aquí” para paliar la inmigración irregular.
Inés Rojas recordó el amplio dispositivo que se puso en marcha para el rescate de los cadáveres en la playa de los Cocoteros, en contraste con la escasez de medios disponibles para “impedir que estas cosas sucedan”.
Por ello manifestó que “si se sabe que el SIVE no funciona, y se sabe que en esta época llegan las pateras, no cuestan nada realizar una ronda por la costa de Lanzarote, que suele ser por donde aparecen”, añadió.